El presidente de Rusia, Vladimir Putin, apunta a fortalecer su estrategia militar tras los retrocesos de sus tropas en los últimos meses.
El Político
Para ello, se ha dado a la tarea de reforzar su ejército en las regiones ocupadas de Ucrania, mientras debilita al enemigo con el implacable bombardeo de las ciudades y destruye todas sus infraestructuras civiles.
¿Por qué es importante?
Fuentes del Gobierno ucraniano aseguran que Rusia podría intentar lanzar una ofensiva a gran escala en los primeros meses de 2023.
Así lo dio a conocer el pasado martes el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, quien explicó lo siguiente:
"Indicadores como los esfuerzos de movilización rusos, el anuncio del servicio militar obligatorio y el movimiento de armamento pesado sugieren que Moscú puede estar preparándose para una ofensiva a gran escala en enero y febrero de 2023″, detalló.
Firepower and manoeuvre. #WojskoPolskie pic.twitter.com/frqkASm6vN
— Rafał Zgryziewicz (@rzgryziewicz) December 15, 2022
Entre líneas
Aire fresco. La eventual llegada de los sistemas de defensa estadounidenses Patriot e incluso de carros de combate aportados por la OTAN podría dar un vuelco a esa hoja de ruta de Moscú y dar aire fresco a las fuerzas ucranianas para intentar recuperar algo del territorio perdido, reportó Publico.
La guerra de Ucrania ocupa el centro de la agenda del Consejo Europeo esta semana, con el eco de fondo de las explosiones en Kíev y otras ciudades ucranianas.
El presidente Volodímir Zelenski ha reiterado la necesidad de armas antiaéreas contundentes y de más dinero para que la población sometida a los rigores de la guerra y el frío de estas fechas pueda sobrevivir al invierno en ciernes.
Hace unos días el Kremlin aseguró que la península de Crimea, en el sur de Ucrania y que se anexionó en 2014, es vulnerable a los ataques de las fuerzas ucranianas, que han prometido recuperar todos sus territorios, no solo los que Moscú ha ocupado durante la guerra en curso.
"Ciertamente existen riesgos porque la parte ucraniana continúa con su política de organizar ataques terroristas. Pero, por otro lado, la información que recibimos indica que se están tomando contramedidas efectivas", indicó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
La flota del Mar Negro de Rusia en Sebastopol también fue atacada el pasado noviembre con aviones no tripulados, lo que Moscú tildó como un asalto "masivo" del que acusó al Ejército de Ucrania.
Desde el inicio de la invasión el pasado 24 de febrero, Crimea ha sido utilizada por los rusos como una de sus principales plataformas para lanzar ataques a otras partes del país.
No obstante, sus tropas han sido regularmente atacadas por drones.
Por su parte, el ministerio de Defensa ruso precisó que sus fuerzas entrenan con todo tipo de armas pequeñas, así como con morteros, y que "perfeccionan sus habilidades para conducir vehículos de combate, pasan carreras de obstáculos psicológicos, estudian medicina táctica y otras disciplinas".
The Polish Air Force ?? has arrived to Šiauliai Air Base ?? & will be #SecuringTheSkies as part of @NATO's Air Policing mission
Defensive air policing units along the Eastern flank are more important than ever & demonstrate #NATO's resolve to deter & defend Alliance territory pic.twitter.com/kNuC5UbTkL
— NATO Air Command (@NATO_AIRCOM) December 6, 2022
¿Qué se puede esperar?
El ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, ha sido más específico sobre lo que se viene encima en el invierno de 2023, cuando ya parece muy evidente que la guerra se va a alargar mucho.
Kuleba vaticina "una gran ofensiva" rusa "a fines de enero o febrero". Eso, en términos militares, significa una inminente operación a gran escala, si es que la advertencia de Kuleba no es un recurso más para acelerar la llegada de ayuda occidental. No lo parece, en principio.
Lo cierto es que la fuerza de combate rusa liberada tras la retirada de la orilla oeste (derecha) del óblast de Jersón se ha redesplegado en varias áreas del Donbas, reforzado además por reservistas movilizados.
Las fuerzas rusas también pueden esperar lanzar una ofensiva en el oeste de la región de Donetsk para aprovechar los avances marginales realizados en el área de Vuhledar-Pavlivka en noviembre.
La Unión Europea ya ha comprometido para 2023 un paquete de ayudas a Ucrania de cerca de 19.000 millones de euros y ahora se están definiendo con celeridad las partidas a las que se dirigirá ese dinero.
Las amenazas de congelar los fondos europeos a Hungría han tenido un convincente efecto sobre el Gobierno de Budapest, que en un principio había bloqueado ese paquete la semana pasada.
Kuleba considera que hay indicios que prueban la inminencia de esa gran ofensiva, como los inquietantes movimientos de tropas en Rusia o la recolocación de material militar a lo largo de todo este país.
De acuerdo con el ministro de Exteriores ucraniano, el Kremlin confía en romper las líneas ucranianas y avanzar hacia el interior del país.
Rusia volvió este miércoles a utilizar drones para atacar objetivos civiles y militares en la capital de Ucrania.
Hacía semanas que el ejército ruso no utilizaba los drones cargados de explosivos contra Kíev, pero de esta manera el Kremlin parece responder a la demanda que acaba de hacer Zelenski para que Rusia comience a retirar antes de Navidad a sus tropas de la quinta parte de Ucrania que ocupa.
Ucrania "debe tener en cuenta que hay una nueva realidad. Y esta nueva realidad es que la Federación Rusa cuenta con nuevos sujetos (administrativos)", afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en respuesta a Zelenski. Se refería Peskov a los cuatro territorios ucranianos anexionados por Rusia en el curso de la guerra, Donetsk, Lugansk, Zaporiya y Jersón.
Los daños producidos en Kíev en esta nueva jornada negra se unen a la destrucción de la mayor parte de las infraestructuras ucranianas desde que en octubre las fuerzas invasoras impusieran la táctica de destruir las infraestructuras críticas de energía, con las centrales eléctricas y los depósitos y sistemas de distribución de agua como principales objetivos.
Lo ha advertido esta semana el primer ministro ucraniano, Denys Smyhal, aunque podría quedarse muy corto.
La economía ucraniana puede caer en un 50% este año que está a punto concluir si no se detienen esos misiles y ataques con drones que impactan en las redes eléctricas, los conductos de gas y en los tanques de agua
Russia’s war on Ukraine has shone a spotlight on nuclear weapons to a degree that hasn’t been seen since the Cold War. #NATOReview reflects on Russia’s nuclear coercion ⤵️
— NATO (@NATO) December 6, 2022
En conclusión
Putin aseguró recientemente que seguirá atacando la infraestructura vital ucraniana que provee los servicios de electricidad, agua y calefacción a millones de personas, en medio de temperaturas bajo cero. Occidente denuncia que el Kremlin utiliza el invierno como arma de guerra contra los civiles.
"Hay mucho ruido sobre nuestros ataques a la infraestructura energética de un país vecino. Sí, hacemos eso. Pero, ¿quién lo empezó? (…) No interferirían con nuestras misiones de combate", aseguró Putin en un tono desafiante, durante una ceremonia de entrega de premios en el Kremlin.
Según Minsk, el componente ruso está formado por hasta 9.000 militares, unos 170 tanques, alrededor de 200 vehículos blindados de combate y cerca de 100 cañones y morteros con un calibre de más de 100 milímetros.
Desde el inicio de la invasión el pasado 24 de febrero, Crimea ha sido utilizada por los rusos como una de sus principales plataformas para lanzar ataques a otras partes del país. Sin embargo, sus tropas han sido regularmente atacadas por drones.
En Bruselas se conoce perfectamente la situación y solo las discrepancias sobre la naturaleza de la ayuda impiden que no estén llegando armas y dinero al ritmo que quiere Zelenski, a pesar de las propias dificultades que está pasando la Unión Europea por la propia guerra y la sustitución del gas ruso en países de Centroeuropa por el proveniente de otras fuentes más caras, como Estados Unidos o Catar.
Lo que se considera ya en los pasillos de los órganos de gobierno de la Unión es dar un paso más y suministrar sistemas de defensa y ofensivos que, sin duda, levantarán la ira de Rusia e incrementarán sus ataques diversificados sobre el ejército ucraniano en las fronteras del Donbás y sobre las ciudades de Ucrania.
Ya se ha planteado también, con muchas dudas por parte de Alemania, el suministro de carros de combate, que podrían hacer una labor muy importante en una contraofensiva ucraniana de invierno, con el terreno helado como aliado para el avance.
Además, el ejército ucraniano ha reclamado más sistemas de misiles de medio y largo alcance similares a los HIMARS estadounidenses que ya están produciendo copiosos daños en las filas rusas.
Pero, sobre todo, pueden imprimir un vuelco a la situación las armas antiaéreas que hasta ahora no se habían querido despachar a Ucrania para no dar un paso sin retorno en la implicación occidental en la guerra.
Estados Unidos ha apoyado a Ucrania con el envío de su sistema de defensa antimisiles Patriot, uno de los escudos más eficaces que existe en estos momentos.
Este sistema defensivo puede derribar tanto misiles de crucero como balísticos, así como aviones, a larga distancia, incluso en territorio ruso, antes de que el ataque entre en el cielo ucraniano, de ahí la animadversión de Moscú a que Estados Unidos dé este paso y entregue este tipo de armamento al ejército ucraniano.
Cada batería Patriot dispone de un sofisticado sistema de detección y rastreo electrónico y por radar, una estación de dirección del contraataque y ocho lanzaderas de misiles, cada una armada con cuatro cohetes.
La actuación de los sistemas Patriot puede poner en jaque cualquier ofensiva rusa con misiles balísticos, los más complicados de rastrear y destruir. Inutilizaría los misiles de este tipo que se cree que Rusia está adquiriendo de Irán, país que también estaría suministrando los drones de ataque empleados en los ataques a infraestructuras energéticas ucranianas.
Rusia considera este eventual despliegue de los sistemas Patriot como una "escalada" en la participación "por delegación" de la OTAN en la guerra de Ucrania, y, en concreto, de Estados Unidos, que ya ha dedicado 19.300 millones de dólares en ayuda militar a Kíev desde que comenzó la guerra en febrero pasado.
Moscú teme que en los primeros meses, y antes de que las tripulaciones ucranianas de las baterías Patriot estén formadas, estos sistemas podrían estar operados por personal militar de la OTAN. El portavoz del Kremlin ha afirmado que, "definitivamente" y en cualquier caso, los Patriot serán un "blanco legítimo".
Los aliados animan a los ucranianos a tomar la iniciativa
Los aliados animan a los ucranianos a tomar la iniciativa y adelantarse a la ofensiva rusa.
Ya Estados Unidos ha pertrechado a la defensa aérea ucraniana con sistemas NASAMS, tierra-aire, pero los Patriot serían un paso cualitativo en la contribución y participación estadounidense en la guerra.
También podrían frustrar esa ofensiva rusa de principios de año que el Gobierno ucraniano da por segura.
No solo la Administración ucraniana considera esa posibilidad. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha indicado que Rusia podría plantear en las próximas semanas una "tregua falsa" para ayudar a las fuerzas armadas rusas a reagruparse y prepararse para un ataque a gran escala.
El estadounidense Lloyd Austin y el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, han subrayado estos días la ventaja que podría aprovechar el ejército ucraniano en invierno frente al ruso, antes de que éste se refuerce.
De ahí la importancia de un pronto despliegue de los sistemas Patriot para cambiar el curso de la guerra a corto plazo, como parece que ha aceptado ya Estados Unidos pese a las muchas dudas que había en la Casa Blanca.
Hace dos semanas, el portavoz del Pentágono, general de brigada Pat Ryder, reconocía que la "prioridad" para los aliados de Ucrania era la defensa aérea de este país. Sin embargo, incluso entonces, Ryder no consideró recomendable el despliegue de los Patriot en Ucrania.
Las cosas parecen haber cambiado mucho en este tiempo y los rumores sobre una gran ofensiva rusa en ciernes no parecen solo una bravata oportunista del mando ucraniano.