Edward Snowden, el exagente de inteligencia de EEUU, quien filtró información sobre operaciones de vigilancia secreta, ahora es ruso.
Gustavo Márquez / El Político
El propio Vladimir Putin firmó el decreto, que convirtió a Snowden, de 39 años, en ciudadano de la Federación Rusa. Luego de que se haya mantenido, por casi 10 años, exiliado en esa nación. Snowden llegó a la Federación Rusa, luego de filtrar información de inteligencia a los medios de comunicación, sobre el clandestino Programa de Vigilancia Secreta – PRISM, de los Estados Unidos.
Con declaraciones suministradas en 2013 a The Guardian y The Washington Post, Snowden, explicó que EEUU construyó una gigantesca máquina de vigilancia en secreto, para vulnerar la privacidad de la súper autopista de la información, manipular libertad de Internet, así como las libertades digitales básicas e individuales de los ciudadanos en todo el planeta. Además, mostró pruebas contundentes e irrefutables que respaldaban sus denuncias.
Snowden, quien laboraba en la Agencia de Seguridad Nacional – NSA, justificó sus acciones de filtrado, declarando: “no quiero vivir en una sociedad que hace este tipo de cosas. No quiero vivir en un mundo donde se registra todo lo que hago y digo. Es algo que no estoy dispuesto a apoyar ni admitir”.
La decisión apuntala la protección y asilo de quien hace 9 años se convirtió en prófugo de la justicia estadounidense tras revelar información clasificada sobre el funcionamiento y los métodos de las entidades de inteligencia de Washington #27Sep https://t.co/NQtkQS5ATJ
— Analítica (@Analitica) September 27, 2022
La vigilancia cuestionada del PRISM
EEUU, por vía del Programa de Vigilancia Secreta – PRISM, se encargaba de recopilar información, entre muchas otras, procedentes de unas nueve grandes compañías estadounidenses, con presencia en Internet. La vigilancia fue puesta en marcha desde el año 2007.
Todo este programa se enmarcó en un proceso de expansión de los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Que dieron inicio en 2001, luego de los múltiples y simultáneos atentados del 11 de septiembre, contra el corazón de EEUU. Cadena de eventos que —posteriormente— conformó la llamada "guerra contra el terrorismo".
La gravedad de la denuncia indicaba que las herramientas de monitoreo y vigilancia operaban —incluso— desde las plataformas Android y OS de Apple. Es decir, cualquier persona con dispositivos portátiles podía —sin saberlo— suministrar información al Programa de Vigilancia Secreta – PRISM, incluso desde la cámara de su dispositivo, el micrófono, o los mensajes de texto. Se podía saber todo lo que un usuario de dispositivos digitales hacía con ellos, hasta precisar su ubicación.
After years of separation from our parents, my wife and I have no desire to be separated from our SONS.
After two years of waiting and nearly ten years of exile, a little stability will make a difference for my family. I pray for privacy for them—and for us all. https://t.co/24NUK21TAo pic.twitter.com/qLfp47uzZ4
— Edward Snowden (@Snowden) September 26, 2022
¿Villano o patriota reivindicado?
En el año 2020 se dió un hecho que marcó un antes y un después en la historia del espionaje de los Estados Unidos. Ese año, la Corte de Apelaciones de EEUU emitió un fallo contundente: declaró ilegal la vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional – NSA, que hacía de los registros telefónicos de millones de ciudadanos en los Estados Unidos o fuera del territorio.
En esa oportunidad Edward Snowden declaró que el fallo de la Corte de Apelaciones contra las actividades de la NSA, lo había hecho sentir reivindicado.
Sin embargo, Edward Snowden no puede regresar a su país. Si lo hace, tendría que enfrentarse a la justicia que lo espera. Para enfrentar cargos por violar la Ley de Espionaje. Lo que le podría suponer una condena de hasta 30 años tras las rejas.
Si llegase a pisar de nuevo suelo estadounidense se enfrentaría a cargos que pueden conllevar hasta 30 años de prisiónhttps://t.co/SAj8CJW2TM
— BBC News Mundo (@bbcmundo) September 27, 2022
En conclusión
Varias organizaciones vinculadas a los Derechos Humanos han solicitado en diversas oportunidades, que el caso judicial de contra de Edward Snowden termine por la vía de un indulto.
Entre estas organizaciones se encuentran la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles – ACLU, Amnistía Internacional, y Human Rights Watch.
Los argumentos de dichas organizaciones se sostienen en el hecho evidente, de que lo revelado por Edward Snowden ante la comunidad internacional, fue que EEUU violaba los Derechos Humanos de las personas, por vía de su agencia federal. Lo cual — a todas luces— es un delito mucho más grave, que el cometido por Edward Snowden.