Hace aproximadamente una semana fue ejecutado en China un colombiano acusado de ingreso de drogas al país, el miércoles llegaron sus restos mortales a Colombia y sus familiares los reciben ofreciendo detalles de lo ocurrido.
Redacción El Político
Delegados de la cancillería Colombiana viajaron a Cali, para entregar las cenizas de Ismael Enrique Arciniegas Valencia a sus familiares luego de que con 72 años de edad fuera condenado a pena máxima en China por el delito de tráfico e ingreso de drogas al país, según lo informó la cancillería a través de un comunicado.
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"El Consulado de Colombia en Guangzhou recibió los restos del colombiano e inmediatamente procedió a enviarlas vía aérea con destino a la ciudad de Bogotá. Tan pronto fueron repatriadas al país y recibidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores, funcionarios de la Coordinación de Asistencia a Connacionales se desplazaron hasta Cali para entregarlas a su hijo, Juan José Herrera, y asistir a sus familiares en lo que requieran", indica el comunicado reseñado por el diario El Tiempo.
El joven mencionado en el comunicado es el hijo mayor del fallecido, quien ofreció a distintos medios de comunicación detalles de como ocurrieron los hechos previos a la ejecución, comentando que su padre viajó a China en 2010, y llevó consigo 4 kilos de droga por los cuales le ofrecieron a cambio 5000 dólares, situación que el hombre conocía bien pues ya había realizado este tipo de tráfico en dos oportunidades.
Asimismo, explicó que durante la recepción de las cenizas "estuvieron pendientes de recibirlas", y comentó, "Es muy duro recibir a mi padre así, luego de que él se fue en el 2010 a China. Él siempre fue un guerrero de la vida y no es fácil ver solo sus restos en cenizas", dijo Juan José.
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En 2013 Arciniegas Valencia fue sentenciado y por intervenciones del gobierno colombiano aún no había sido ejecutado, según informó Liu Tao, vocero de prensa y director de la sección política de la embajada de China en Colombia, quien además afirmó que alguien descubierto con 50 gramos de estupefacientes (opio, heroína, cocaína, marihuana y otros) puede ser condenado en su país desde 15 años de prisión hasta pena de muerte, pasando por cadena perpetua, sin importar su nacionalidad.
Para Tao esta situación “tiene un valor educativo para todo el pueblo colombiano", según explicó, pero para los familiares del fallecido es una situación despiadada y muy difícil de superar.
