Tras el ataque terrorista de Hamás a Israel, la sombra del yihadismo islámico vuelve a cernirse sobre Estados Unidos.
El Político
Christopher Wray, director del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), aseguró que su agencia ha estado detectando un mayor número de amenazas.
Ante representantes del Senado, el funcionario apuntó que los posibles ataques estarían dirigidos “contra estadounidenses y Occidente”.
La información sugiere que no debe descartarse “la posibilidad” de una asonada por parte de Hamás o de otras organizaciones extremistas.
De acuerdo con Wray, Hamás podría valerse de la actual situación en Oriente Medio “para llevar a cabo ataques aquí, en nuestro propio suelo”.
Grupos como Al-Qaeda o el autodenominado Estado Islámico también estarían incitando a sus partidarios.
Los movimientos terroristas habrían llamado a sus seguidores a efectuar arremetidas contra los estadounidenses dentro y fuera del país.
Un segundo objetivo, dijo el director del FBI, serían las comunidades judías que hacen vida en Estados Unidos y Europa.
A decir de esos especialistas, la masiva llegada de indocumentados mediante la frontera sur pudo haber sido aprovechada por islamistas radicalizados.
De ser así, los yihadistas ya estarían en suelo estadounidense, planificando su próxima embestida.