El director del FBI, James Comey, anunció este martes que la agencia no va a recomendar que se presenten cargos criminales contra Hillary Clinton por su manejo de información clasificada. La investigación ha concluido que no hay pruebas que demuestren que envió ni eliminó deliberadamente mensajes clasificados, pero sí le acusó de ser “extremadamente descuidada” al emplear un correo personal durante su etapa al frente de la diplomacia estadounidense.
“Ningún fiscal razonable presentaría cargos contra ella”, declaró Comey tras explicar detalladamente todas las pruebas halladas por la agencia. “No hay pruebas que respalden una imputación criminal en este caso”, añadió el director, que sí ha acusado a Clinton de ser “extremadamente descuidada” por el uso de varias cuentas, servidores, gestores de correos y dispositivos móviles en sus comunicaciones mientras dirigía el Departamento de Estado. El director de la agencia ha extendido esa acusación al equipo de la entonces secretaria, pero sus conclusiones son ya una importante mancha en su apuesta para liderar la nación.
Las recomendaciones del FBI al Departamento de Justicia, el organismo que en última instancia puede presentar cargos contra la candidata, tendrá un gran impacto en la campaña presidencial. El Partido Demócrata celebrará dentro de dos semanas su convención nacional en Filadelfia, donde Clinton espera sellar definitivamente su nominación. Este mismo martes, la aspirante contará además con el apoyo del presidente, Barack Obama, en un mitin en Carolina del Norte. Mientras, el candidato republicano Donald Trump ha calificado la decisión de "muy, muy injusta".
El FBI ha completado en los últimos días una investigación de más de un año en la que trató de determinar si Clinton había enviado o borrado información clasificada a través de esta cuenta, que además estaba alojada en un servidor privado en el sótano de su casa de Nueva York. La candidata, que fue interrogada por los agentes el pasado sábado, ha mantenido su inocencia a lo largo de todo este tiempo.
El FBI considera que “Clinton debería haber sabido que un sistema de correo privado no era el lugar adecuado” para albergar información gubernamental. Los investigadores encontraron hasta 110 mensajes que sí estaban clasificados en el momento en que fueron intercambiados. Mas de 2.000 de los correos que Clinton entregó al FBI han sido considerados posteriormente bajo la categoría de “confidencial” —el rango más bajo de protección— y otros 65 como “secretos”.
La agencia ha revisado más de 30.000 mensajes de correo electrónico y los distintos servidores que alojaron esas comunicaciones. También ha entrevistado a decenas de personas que colaboraron con Clinton. El FBI ha descubierto durante este proceso varias cadenas de mensajes más que estaban relacionadas con su trabajo y que contenían información clasificada, pero que no habían sido entregados por sus abogados. El director declaró este martes que no hay pruebas de que los ocultaran intencionadamente.
Comey fue especialmente duro al explicar que la candidata utilizó esta cuenta al visitar otros países y que “es posible que actores hostiles lograran acceder a ella” cuando se encontraba en el extranjero. El director ha explicado sin embargo que para poder recomendar la imputación de Clinton el FBI debía demostrar que Clinton envió o eliminó deliberadamente esos mensajes, pero no hay pruebas de ello.
El director del FBI reconoció este martes que su anuncio era “inusual” pero que quería comunicar sus recomendaciones “por el interés público” del caso, cuya importancia “requiere una mayor transparencia”. Días después de que se cuestionara la independencia de la investigación por la reunión de la fiscal general Loretta Lynch con el expresidente y marido de la candidata, Bill Clinton, Comey comenzó su declaración asegurando que no estaba “coordinado” con ninguna otra agencia gubernamental y que nadie más sabía cuáles eran sus conclusiones.
Con Información de El País