Un vibrador con cámara y wifi, una línea de productos eróticos para evangélicos, geles estimulantes, un pene gigante al que montarse o el famoso ‘negro del Whatsapp’ son las atracciones de la Sexy Fair de Río de Janeiro, la mayor feria erótica de Brasil que busca romper los tabúes que hay en el país.
"A pesar de ser un país laico, Brasil, que no tiene una religión denominada oficial, es un país muy prejuicioso con el erotismo, la sexualidad y estos temas", explica a Efe Osmar Gil, el organizador del evento.
La Sexy Fair ha vuelto este año a Río de Janeiro tras cuatro años de ausencia y con la expectativa de atraer unas 80.000 personas durante los seis días del evento, que termina este domingo.
"Mudamos el estilo de la feria porque había cuestiones alrededor de ella, mucho prejuicio sobre el evento, sobre el tema", lamenta Gil.
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El mercado erótico brasileño mueve anualmente cerca de 1.000 millones de reales (unos 315 millones de dólares) y emplea a unas 100.000 personas directa e indirectamente, según datos de la Asociación Brasileña del Mercado Erótico y Sensual (Abeme).
En la feria se pueden encontrar centenares de objetos eróticos y sexuales para todos los gustos, aunque es el público femenino el principal visitante de la feria y destinatario de los productos.
Según la organización, el 68 % de los visitantes a la feria son mujeres, y la media de edad está entre los 35 y los 40 años.
Gil resalta que en la feria "hay muchas parejas y pocas personas solteras" y que "las mujeres son las mayores consumidoras de productos eróticos, principalmente cuando tienen un compañero fijo" porque quieren "innovar en la relación, sino la relación acaba monótona y se acaban separando".
La sensación este año es un vibrador que tiene una cámara incorporada e incluso wifi, para que la distancia no sea un impedimento entre las parejas a la hora del placer, al precio de 1.550 reales (cerca de 500 dólares).
"Tiene una cámara en la punta que auxilia en los disturbios sexuales, como el vaginismo o la flacidez del músculo pélvico", asegura Mirna Zelioli, una de las vendedoras del producto.
Además, el vibrador, "para aquellas mujeres que les gusta jugar con sus maridos, tiene un sistema wifi, se puede usar la cámara, pasar el vibrador por el cuerpo y mandarle las imágenes al marido, ya empieza así aquella excitación mucho antes, cuando el marido esta incluso trabajando", agrega a Efe la funcionaria.
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Zelioli resalta que "a veces la gente piensa que es sólo el placer, pero no, el mercado erótico hoy ofrece mucho mas que esto, ofrece salud, tratamiento, alto conocimiento del cuerpo…".
En su estand explica que venden "una línea de ‘masajadores’, que son vibradores diferentes a los que el mercado está acostumbrado hoy en Brasil, todos de silicona anticancerígena, productos recargables, a prueba de agua, baterías de litio…", y que hay otro vibrador "con bluetooth y cámara" para mandar rápido las imágenes "con una resolución maravillosa".
Más moderada a simple vista, otra de las atracciones esta edición es una línea de productos destinado al público evangélico, creada por una pareja de evangélicos que también presta consultoría para parejas que siguen la misma religión y que desean cosméticos y productos para usar en sus relaciones sexuales sin ‘excederse’ de sus principios.
"Decidimos entrar en este mercado cuando descubrimos que era algo que podía ayudar a las parejas. Vi como muchos amigos dejaban la iglesia porque tenían problemas en su relación y no encontraban respuestas a ello, y se les decía que aquello era la acción del diablo para destruir su relación", comenta Joao Ribiero.
"En la mayoría de los casos, era una cuestión mucho más simple, una dificultad sexual que podría ser corregida con la ayuda de cosméticos", agrega el creador de la línea de productos eróticos para evangélicos, que tienen "unos envoltorios más discretos y unos olores más suaves", evitando por ejemplo, el uso del color rojo.
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Entre el público evangélico, el producto estrella es el vibrador Bullet, que no tiene la habitual forma de miembro masculino y es una pequeña cápsula vibratoria que viene con un control, con el objetivo de estimular el clítoris y el punto G de la mujer.
Otros productos que tienen mucha demanda son los geles eróticos, como el gel vibrador, que se trata "de un vibrador liquido: lo colocas en el ‘local’ (genitales) y comienza a vibrar, estimula tanto al hombre como a la mujer", según asegura Alessandra Scheiz, propietaria de una línea de productos eróticos.
Espectáculos eróticos, un doble de ‘el negro del Whatsapp’ (famoso personaje de memes) con el que hacerse fotos o atracciones como un pene gigante al que se debe subir como si fuera un toro, evitando caerse, se unen a conferencias y debates sobre erotismo y sexualidad que buscan romper barreras en una sociedad conservadora.
"Río de Janeiro puede ser la ciudad más abierta de Brasil, pero aún es cerrada con este tema, las personas tienen una resistencia muy grande en hablar de sexualidad. Existe mucho tabú, aunque haya el Carnaval y novelas con muchas escenas de nudismo, cuando se habla de sexualidad, sin embargo, todo está prohibido", lamenta Osmar Gil.
Con información de EFE