Las naciones que integran el Reino Unido aun están sacudidas por los efectos del referéndum sobre la salida de la Unión Europea (UE) realizado el pasado 23 de junio, conocido informalmente como Brexit.
El Político
Nicola Sturgeon, la líder del Partido Nacional Escocés (SNP), ha emergido como una de las principales figuras de la política británica y en Irlanda Fianna Fáil gana las elecciones, pero la dublinesa Mary Lou McDonald, al frente de Sinn Féin ya busca socios de gobierno.
Mientras en Escocia Nicola Sturgeon, la líder del Partido Nacional Escocés trabaja para lograr un segundo referéndum para consolidar la independencia, la dublinesa, ha acabado con el bipartidismo en ese país, en el que los centristas se han repartido el poder durante más de 80 años.
Dublin vuelve a las raíces rebeldes
El partido centrista Fianna Fáil (FF) de Micheál Martin, líder de la oposición, ha ganado las elecciones generales celebradas el sábado en Irlanda, al obtener 38 de los 160 escaños en juego, uno más que el izquierdista Sinn Féin, el antiguo brazo político del ya inactivo IRA.
El resultado final confirmó que el partido republicano Sinn Féin (Nosotros mismos, en celta), dirigido por Mary Lou McDonald, ha acabado con el bipartidismo en este país, en el que los centristas se han repartido el poder durante más de 80 años con el Fine Gael (FG) del primer ministro, el democristiano Leo Varadkar, que logró 35 escaños.
Irlanda es un país católico en rivalidad con el Imperio Británico, con un nacionalismo sorprendente, por el que durante años los espectadores cantaban, erguidos, el himno nacional al final de las sesiones de cine.
Martin y Varadkar han sido derrotados sorprendentemente por McDonald, quien ha iniciado ya contactos con otras formaciones minoritarias, como los verdes y laboristas, y con diputados independientes e izquierdistas para tratar del formar un gobierno progresista, ya que ningún partido ha llegado a la mayoría absoluta.
A pesar de que los centristas tienen un escaño más, el Sinn Féin ha sido el partido más votado en los comicios, al obtener el 24,5 % de los sufragios de primera preferencia, frente al 22,2 % del FF, el 20,9 % del FG, el 7,1 % del Partido Verde y el 4,4 % del Laborista.
Los dos grandes partidos confiaban en que el complejo sistema electoral, que permite la transferencia de votos entre aspirantes -procedentes de segundas y posteriores opciones expresadas en la papeleta-, les iba a proporcionar en los siguientes recuentos más escaños que al Sinn Féin.
Así ha sido en anteriores comicios, ya que, tradicionalmente, los republicanos eran menos atractivos para una gran parte del electorado por su relación con el pasado conflicto violento norirlandés,pero McDonald, que sustituyó en 2018 al histórico Gerry Adams, representa a una nueva generación sin vínculos con la lucha armada.
La realidad es que el trasvase de votos del Sinn Féin se fue a otras formaciones de izquierdas y ni siquiera sus estrategas se esperaban este espectacular resultado y, por ello, presentaron menos candidatos que sus dos grandes rivales en las 39 circunscripciones.
En caso contrario, reconocen el FG y el FF, los republicanos hubiesen ganado las elecciones con un margen más amplio y, en consecuencia, parecen dispuestos a cederles la iniciativa para que exploren opciones de gobierno con el bloque de la izquierda.
“Quién sabe, quizá sea la próxima primer ministro” fue la respuesta que dio McDonald cuando fue preguntada en la calle por sus opciones para liderar el próximo Ejecutivo.
La han calificado como "la mujer más peligrosa de la política británica" y, sin embargo, nunca ha ocupado un asiento en el Parlamento de Westminster en Londres.
Escocia va por la ruta legal
También ha sido descrita como la política que quiere acabar con la unión de Reino Unido.
Escocia busca su independencia por la ruta legal
Mas veterana Escocia cuenta con una líder indiscutible: Nicola Sturgeon quien asegura que "El Brexit ha impulsado la independencia en Escocia y la unificación de Irlanda"
La ministra principal de Escocia defiende un segundo referéndum tras el Brexit y amenaza con llevar esa batalla a los tribunales, pero descarta celebrar la votación "sin respaldo legal"
Sturgeon parece navegar con sobriedad y firmeza en las aguas turbulentas de la consulta sobre el Brexit, en la que los escoceses expresaron una voluntad mayoritaria de permanecer en la UE (62%).
Bajo el liderazgo de Sturgeon, los nacionalistas escoceses han obtenido grandes victorias.
"Mientras los dirigentes laboristas y conservadores juegan cricket, pasan el rato en Glastonbury o se esconden de la vista pública, Nicola Sturgeon se puso los tacones de poder y se hizo cargo de la situación", añadió.
Sturgeon asumió los resultados del Brexit como un mandato de sus electores para buscar la permanencia de Escocia dentro de la Unión Europea, para lo cual ha dicho que realizará los esfuerzos que sean necesarios.
Aunque lidera un partido que aboga por la independencia de Reino Unido, Sturgeon no ha querido apresurarse a pescar en el río revuelto del descontento causado por el Brexit entre los votantes escoceses que resienten la posibilidad de abandonar la UE en contra de su voluntad.
La dirigente ha asomado con cautela varias opciones, incluyendo la posibilidad de que el Parlamento escocés intente bloquear el Brexit o se busque alguna fórmula para permanecer en la UE, pese a la salida británica.
Ello podría obligar -aunque no necesariamente- a un segundo referéndum sobre la independencia escocesa, como el celebrado en 2014.
Mientras en Londres buscan la fórmula para ejecutar el Brexit, Sturgeon tiende puentes con la UE.
"Buscaremos entrar en conversaciones inmediatas con las instituciones de la UE y otros estados miembros para explorar todas las opciones posibles para proteger el lugar de Escocia en la UE", anunció.
Este miércoles se reunirá en Bruselas con el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y con los líderes de los principales grupos parlamentarios.
También ha revelado que ha sostenido conversaciones con el primer ministro de Irlanda y con los gobiernos de otros estados miembros de la UE.
Para no avanzar en la oscuridad, este martes designó un grupo de 18 expertos -incluyendo políticos, economistas y expertos en derecho constitucional- para que la asesoren en la ruta a seguir tras el referéndum británico.
Sturgeon asumió el cargo de ministra principal de Escocia en noviembre de 2014, pero su ascenso en política no ha sido meteórico.
Sturgeon es la actual ministra principal de Escocia, a cargo del gobierno en esa nación.
Nació en 1970, en Irvine, y estudió leyes en la Universidad de Glasgow. Para 1992, llegó al partido por la Campaña para el Desarme Nuclear (CND). Hoy, eliminar el armamento nuclear británico sigue siendo una de sus políticas.
En 1992 se presentó sin éxito a las elecciones generales, pero en 1997 obtuvo un escaño cuando el gobierno en Londres acordó establecer el Parlamento de Escocia y se llevó a cabo la llamada "devolución" de poder a ese territorio, un proceso en el que se le otorgó cierta autonomía en sus asuntos domésticos.
De 2007 a 2014, cuando Alex Salmond era líder del SNP y ministro principal de Escocia, Sturgeon fue viceministra principal. Y cuando Salmond renunció tras el fallido referendo para la independencia escocés, Sturgeon fue elegida su sustituta.
Bajo su liderazgo, el SNP ha ganado más de 100.000 nuevos miembros, cuadruplicando su tamaño.
Durante la campaña a las elecciones parlamentarias de 2015 prometió una y otra vez "revolucionar y reformar" el cansado "sistema de Westminster".
La gran pregunta ahora es si realmente Sturgeon pasará a la historia como la mujer que logró mantener a Escocia en el seno de la UE.
La votación mayoritaria en todas las regiones de Escocia a favor de la permanencia en la UE y la decisión de los británicos de irse del bloque crean una coyuntura que podría favorecer un nuevo referendo de independencia.
La pregunta es si habrá un segundo referendo para la independencia de Escocia.
Sturgeon dijo que es "muy probable" que haya una nueva consulta sobre el tema, pero juega sus cartas con cuidado.
"Ella busca avanzar de forma lenta y segura. No está ansiosa por llegar a un referendo inmediato sobre la independencia. ¿Por qué? Porque teme perderlo", comentó el editor político de BBC Escocia Brian Taylor.
"Sturgeon, tal como ha dejado claro, quiere más evidencia de que los ciudadanos de Escocia están listos esta vez para apoyar la independencia. Por eso, ella quiere tiempo. Necesita tiempo", agregó.
Cambia el tablero político
La líder nacionalista, dublinesa de 50 años, ha sido la gran protagonista de unos comicios que han transformado el tablero político irlandés, atacando los puntos flacos de la boyante economía nacional, que registra la tasa de crecimiento más alta de Europa y el pleno empleo.
En ese sentido, ha sabido transformar en votos el descontento de una gran parte de la ciudadanía, entre ellos los más jóvenes, con la crisis de la vivienda, el encarecimiento del alquiler y el deterioro de la sanidad pública.
La líder del Sinn Féin explica que la muerte en prisión, después de 66 días de huelga de hambre, del miembro del IRA Provisional, Bobby Sands, fue el momento que definió sus convicciones.
"Mi particular caída del caballo camino de Damasco", ha dicho McDonald. La estudiante de literatura en el Trinity College de Dublín que adoraba al dramaturgo y novelista Samuel Beckett , tuvo su fase de obsesión con la poetisa Sylvia Plath, y tardó en sentir la llamada de la política, ha llevado a su partido a un triunfo histórico.
El Sinn Féin, siempre presente en la política de la República pero relegado durante años a la condición de "paria" por sus vínculos y servidumbres con la organización terrorista IRA, ha sido la formación más votada (24,5%) y sus 37 escaños le sitúan como segunda fuerza del Parlamento irlandés y en un plano de igualdad con los dos grandes protagonistas del bipartidismo del último siglo, Fianna Fáil (38 diputados) y Fine Gael (35).
El "brazo político del IRA" vio en la joven dublinesa la oportunidad de lavar la imagen sectaria y violenta que sentaba sus dominios en el territorio británico de Irlanda del Norte pero producía rechazo en el sur de la isla. McDonald nunca ha tenido vínculo alguno con la organización terrorista, a diferencia de su predecesor, el carismático Gerry Adams.
Su trayectoria personal, incluido su paso por el Instituto de Asuntos Internacionales y Europeos (vinculado al laborismo) como investigadora, refleja una nueva generación del republicanismo que ha terminado de convencer a muchos irlandeses. Se defiende en español, porque vivió un año en Almería (España) dando clases de inglés. Sigue escapándose a la península con su familia cuando quiere relajarse. Su marido, Martin Lanigan, trabaja como operario en los servicios de emergencia de una compañía de gas. Tienen dos hijos de 17 y 14 años.
McDonald decidió en 1998 dar el salto al Sinn Féin de Adams y los Acuerdos de Paz de Viernes Santo. En 20 años ha protagonizado un ascenso constante, aunque con altibajos, que le llevó a la dirección del partido en febrero de 2018.
No renuncia McDonald a la aspiración medular de su partido: la reunificación de Irlanda. Tuvo el acierto, sin embargo, de guardar en un cajón la exigencia de un referéndum en el plazo de cinco años (aunque sigue ahí, latente, y reaparecerá tarde o temprano) y centrar su mensaje en las causas sociales.
Las promesas de construir miles de viviendas sociales, reinyectar dinero público en el sistema de salud y apretar fiscalmente a las rentas más elevadas han sonado bien entre todos los jóvenes que no llegan a fin de mes a pesar de tener buenos empleos; y entre la clase media a la que no ha favorecido la recuperación económica de los últimos años.
Posibilidad de nuevas elecciones
Insistió en que quiere un gobierno progresista y, aunque no descarta una coalición con democristianos o centristas, ha dicho que preferiría gobernar sin el apoyo de FG o FF.
Por su parte, Varadkar y Martin siguen insistiendo, aunque cada vez con la boca más pequeña y con ambigüedades, en que no pactarán con los republicanos por su pasado violento y sus políticas económicas, que tachan de populistas y radicales.
Lo que es seguro es que, tras el anuncio de los resultados finales, arranca ahora un largo periodo de negociaciones que podría encallarse ante la falta de opciones viables, lo que forzaría unas nuevas elecciones.
El futuro del Reino Unido, y del Brexit, no está sólo en manos de Boris Johnson, dos mujeres estudiosas que saben esperar y juegan con las normas por delante, podrían cambiar las cosas de un reino no tan unido.
(Con información de El País, y ABC, El Tiempo)