Toda una trama de corrupción, desacato a las leyes ambientales, negocios ilegales o ilícitos, entre muchos aspectos han podido conocerse luego de la fiesta en el tepuy Kusari.
Mario Augusto Beroes R./El Político.-
La celebración del cumpleaños 50 del empresario Rafael Oliveros Russian, familia del ex contralor general de la República, Clodosvaldo Russian, ha dado a conocer nuevos aspectos de negocios ilícitos con las Fuerzas Armadas de Venezuela, que se unen al ecocidio, entre otras faltas, en un tepuy del Parque Nacional Canaima.
Limpiar el terreno: un ecocidio
La primera denuncia, presentada por grupos ecológicos liderados por la ONG SOS Orinoco, es que para hacer la fiesta en el tepuy, desmalezaron o quitaron la vegetación para “limpiar” el terreno. Dicha vegetación, muy frágil por lo demás, endógena del tepuy, tardará años en recuperarse.
Por otra parte, se ha solicitado a la Unesco que inspeccione el Parque Nacional Canaima con urgencia, tras fiesta de lujo en el tepuy Kusari, esto ante los evidentes daños causados por la celebración de una lujosa fiesta en lo alto del tepuy Kusari. Fiesta que fue planificada en París en el 2021.
Grupos ambientalistas han protestado por los daños que ha causado esta fiesta multitudinaria que incluía la instalación de carpas para pasar la noche y la llegada de los invitados en helicóptero, poniendo en riesgo un frágil y rico ecosistema. Canaima es uno de los destinos turísticos más valorados en Venezuela, y desde 1994 es patrimonio mundial por la Unesco.
Los tepuy son gigantescas mesetas de pendientes abruptas y cimas planas, con un delicado y casi único ecosistema de fauna y flora.
Están considerados uno de los tesoros de la Amazonia. Se trata de formaciones geológicas antiquísimas, únicas el mundo, pertenecientes al denominado Macizo Guayanés. A sus entrañas solo llegan deportistas extremos y escaladores.
La mayoría de los tepuy que existen en el mundo están en Venezuela. En el seno Auyantepuy, el más grande de todos, está el Salto Ángel, la caída de agua en cascada más alta del planeta.
Durante los últimos años, la Amazonia venezolana está siendo vulnerada por la incesante actividad minera promovida por el Gobierno de Nicolás Maduro con la ayuda de las Fuerzas Armadas, lo que ha causado serios daños en cabeceras de ríos y destrozos ambientales.
Un restaurante de lujo en una base militar
Entre las cosas que son ahora de conocimiento público está el hecho de la construcción de un restaurante de lujo en lo que fue la antigua torre de control de la base aérea militar Francisco de Miranda, conocida también como La Carlota, al sureste de Caracas.
El restaurante se llama White Comedor y sería propiedad de Oliveros Russian, y varios oficiales de la Fuerza Aérea ¿Cómo un negocio de ese tipo logra una concesión dentro de un complejo militar?
La polémica fiesta de socialites en lo alto de un tepuy destapa una serie de interrogantes que pretende dar una visión de un pequeño sector de Venezuela, donde las influencias y los contactos o enchufes, predominan en el más alto nivel. White Comedor, es una muestra de ello.
Un régimen nepótico
Rafael Oliveros Russián, un empresario local vinculado al turismo con importantes intereses en esa zona y en la Isla de Margarita.
Oliveros Russián se ha desempeñado como representante del sector turístico en el denominado Consejo Nacional de Economía Productiva, organizado por Miraflores con el empresariado en los últimos años.
Los invitados, alrededor de una veintena de personas, llegaron a la intrincada zona en helicóptero. Las crónicas sociales destacaron que el código de vestimenta para los hombres era traje formal y el de las mujeres, traje largo. Se sirvió fondue y sopa goulash. Al caer la tarde, se brindó con champaña.
Los asistentes a la fiesta del Tepuy Kusari eran casi todos personalidades del mundo de la moda, empresarios o influencers. Entre ellos estaba Osmel Sousa, el famoso zar de la belleza, celebridad nacional y durante décadas jefe de la exitosa organización de Miss Venezuela y Titina Penzini, familia de una familia con fuertes vínculos económicos.
Las críticas han sido tan numerosas que el fiscal general, Tarek William Saab, se ha visto obligado a anunciar una investigación por los posibles daños ambientales causados por el ágape.
Sin embargo, pocos creen que la investigación llegue a algo concreto, y, probablemente, se pierda entre el enorme cúmulo de denuncias hechas en la Fiscalía que no han sido resueltas.