El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la elevada inflación en el mundo se mantendrá en el corto plazo antes de moderarse a los niveles previos al Covid-19 registrados a mediados de 2022. Sin embargo, prevé un escenario de alta incertidumbre ante su evolución.
El Político
Conforme a la versión noticiosa de la agencia española EFE, el organismo multilateral tiene en sus previsiones que la inflación en las economías avanzadas cierre este año con una media del 3,6%. Y que más tarde se reducirá progresivamente hasta el 2%, muy probablemente a mediados del próximo año.
El FMI contempla que para las economías emergentes, el repunte de precios será más agudo. Incluso visualiza una inflación media del 6,8% para finales de este año, antes de moderarse paulatinamente hasta el 4% a mitad de 2022.
En su análisis que divulgó el FMI con el título de "Perspectivas Económicas Globales", cuyas previsiones macroeconómicas completas se harán a conocer el próximo martes, cuando se inicie la asamblea anual del organismo y del Banco Mundial.
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— Noticiero Venevisión (@noticierovv) October 7, 2021
El ojo visor del FMI sobre el impacto del Covid-19
El informe en cuestión señala lo siguiente: "La recuperación económica alimentó una rápida aceleración en la inflación este año tanto para las economías avanzadas como en las emergentes. Impulsada por la sostenida demanda, la escasez de suministros y un veloz aumento de los precios de las materias primas".
El FMI avizora también que la elevada inflación probablemente continúe en los próximos meses antes de retornar a los niveles previos a la pandemia a mitad de 2022. Aunque persisten los riesgos de su aceleramiento.
Numerosos países, entre ellos Estados Unidos, registran cifras de inflación como nunca antes en el transcurso de tan solo una década. Y que generan inquietudes entre los gobiernos, ante la posibilidad de que se trastoque en un fenómeno más duradero de lo previsible.
Entre otros factores que pueden contribuir a este sostenido repunte, el FMI tiene en cuenta el alza en los precios de las viviendas. Así como una sostenida y larga escasez de suministros en las economías avanzadas y en desarrollo. Y también presiones sobre los precios de los alimentos y depreciaciones de las divisas en estados emergentes.
El organismo financiero puntualiza que los precios de los alimentos se incrementaron en un 40% al paso del Covid-19. Esto implica "un enorme desafío", comenta, para los países de bajos ingresos. Allí las compras suponen una gran parte del gasto de los consumidores.
Fuente: EFE