Francia se encuentra al borde de la paralización total. Con una huelga de las refinerías, cercana a las tres semanas, que está dejando al país prácticamente sin combustible. A lo que se suman los paros en el transporte, en el sector energético y en la educación. Todo ello alimentado por la pérdida del poder adquisitivo a consecuencia de la pavorosa inflación.
El Político
Además del paro en el sector energético de Francia, hay convocadas más de un centenar de manifestaciones por todo el país. Las protestas se extienden al transporte público, a la educación y la sanidad y amenazan con colapsar el país.
Por ejemplo, este martes muchos padres no podrán llevar al colegio a sus hijos por falta de personal y en lo que se refiere al transporte. Se esperan problemas sobre todo en los trenes de Cercanías de París, el RER, según las previsiones de la compañía estatal SNCF.
Por qué es importante
La protesta la lidera el sindicato CGT, aunque se han unido Fuerza Obrera (FO), la Federación Sindical Unitaria (FSU), Solidarios y cuatro organizaciones juveniles. Todos piden la movilización "para el aumento de los salarios, de las pensiones y de los subsidios sociales y la mejora de las condiciones de vida y de estudios".
La reivindicación salarial es también el motivo que originó la huelga de las últimas semanas en las refinerías por parte de los trabajadores de las energéticas TotalEnergies y ExxonMobil.
A ellos se sumaron varias centrales nucleares la semana pasada (el lunes había 10 en paro) y el Gobierno incluso se ha visto obligado a intervenir por Ley algunos depósitos de carburante para poder garantizar el suministro a las estaciones de servicio.
La CGT pide un aumento del 10% en los salarios, para compensar la pérdida de poder adquisitivo y que las empresas compartan parte del beneficio para los trabajadores.
Francia en paro
El principal objetivo es llamar la atención sobre la difícil situación de los trabajadores que se enfrentan a un aumento del costo de vida -la inflación fue del 5,6 por ciento interanual en septiembre- y criticar la falta de acción política contra el cambio climático.
"Vamos a tener una semana como no se ve muy a menudo", dijo el líder del partido de izquierda radical, La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélénchon.
Varios sindicatos convocaron para el hoy una jornada nacional de huelgas, que se prevé afectará al transporte por carretera y ferroviario y al sector público.
"Todo se está juntando. Empezamos con esta marcha, que es un éxito inmenso", dijo Mélénchon, satisfecho.
Según los organizadores, 140.000 personas participaron en la manifestación. La policía, en cambio, calcula que fueron 30.000 personas.
Algunos manifestantes llevaban chalecos amarillos, símbolo de las protestas antigubernamentales de 2018 que desafiaron al gobierno del presidente Emmanuel Macron.
Según un periodista de la AFP, la protesta transcurrió sin enfrentamientos graves, aunque se produjeron algunos altercados entre manifestantes y policías.
En conclusión
El Gobierno de Macron teme que el conflicto vaya a más, como ocurrió con los chalecos amarillos en 2018, durante su primer mandato.
Esto ocurre, además, en un momento muy crítico para el presidente, que salió muy debilitado de las últimas elecciones legislativas. Quien cuenta con una fuerte oposición tanto por parte de la extrema derecha liderada por Marine Le Pen, como por parte de la extrema izquierda de Jean-Luc Mélenchon.
Fuente: Agencias