La decisión de Trump de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental es un «no evento» y «contrasta con el estatus de superpotencia de Estados Unidos, miembro permanente del Consejo de Seguridad, que debería […] garantizar el respeto del derecho internacional», dijo el Frente Polisario. El movimiento saharaui subraya su determinación de continuar con la lucha.
El Político
Oubi Bouchraya Bachir, miembro de la Secretaría General del Frente Polisario a cargo de Europa y la Unión Europea, reaccionó a la decisión de Donald Trump de reconocer la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental. Según dijo en entrevista con la agencia rusa de noticias Sputnik, se trata de «una espada en el agua» que no tendrá ningún efecto legal en la evolución del conflicto entre las dos partes.
«El Frente Polisario condena en los términos más enérgicos la decisión del presidente estadounidense saliente que va en contra de la seguridad y la estabilidad en la región, y va en contra de la posición tradicional de Estados Unidos», según las últimas declaraciones del secretario de Estado Mike Pompeo días antes. «Esta decisión contrasta con el estatus de superpotencia de Estados Unidos, miembro permanente del Consejo de Seguridad, que normalmente debería garantizar el respeto del derecho internacional», afirmó Mike Pompeo.
La convocatoria de un referéndum de autodeterminación, tal como estableció la ONU en la firma del alto el fuego en 1991 era la aspiración de los saharahuis. Sin embargo, Marruecos solo está dispuesto a conceder un régimen autonómico al Sáhara Occidental. El Polisario cree que la ONU no ejerce debidamente su labor de mediación al permitir que Marruecos mantenga e incremente sus transacciones comerciales en un territorio en disputa. Para el Frente Polisario ese comercio se traduce en un “expolio de los recursos naturales” del Sáhara.
Desde 1975, Marruecos ha ido invirtiendo en las infraestructuras de lo que considera sus “provincias del sur”. En la actualidad administra y controla el 80% del territorio.
Asimismo, Bachir señaló que el enfoque de Trump «tendrá un impacto negativo en la evolución de la solución política al conflicto en el Sáhara Occidental, porque sin duda alentará aún más al ocupante marroquí a continuar con su política de obstrucción y falta de cooperación con los esfuerzos de la ONU”. “La misma política que llevó el 13 de noviembre al colapso del proceso político y al acuerdo de alto el fuego de 1991, tras la intervención militar marroquí en el paso fronterizo de Guerguerat, situado en la zona de amortiguamiento desmilitarizada», lamentó Bachir.
«La causa saharaui y la palestina», la misma lucha
La declaración de Trump se produce en un momento candente, cuando la problemática renovación por un año de la misión de Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso) estuvo acompañada de tensiones en la brecha de El Guerguerat (zona fronteriza que comunica el sur del territorio con Mauritania) entre civiles saharauis y milicianos del Frente Polisario por un lado, y efectivos del ejército marroquí de otro.
Al abordar el tema del acuerdo entre Marruecos e Israel, el representante del Frente Polisario recordó que desde hace meses se tienen información sobre la intensa actividad diplomática por parte del yerno y asesor del presidente estadounidense para Oriente Medio, Jared Kushner, para concluir un acuerdo tripartito entre Washington, Rabat y Tel Aviv. El objetivo era obtener el reconocimiento estadounidense de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental a cambio de una normalización de las relaciones entre el estado hebreo y el reino de Marruecos.
“Este planteamiento de Marruecos no sorprende en absoluto y tiene el mérito, finalmente, de desenmascarar ante el pueblo marroquí marroquí, la hipocresía de 60 años con la falsa solidaridad del reino con el pueblo palestino y su justa causa contra el «Ocupante israelí», explicó el diplomático.
«Como tal, las causas saharauis y palestina están perfectamente alineadas con el derecho de los dos pueblos a la independencia, la libre determinación y la construcción de un Estado soberano y viable dentro del marco del derecho internacional y la carta de Naciones Unidas”.
Trump dio «una espada en el agua»
Tras la intervención de las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos (FAR) el 13 de noviembre para tomar el control del paso fronterizo de Guerguerat, el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali, firmó un decreto que puso fin a la compromiso de la RASD de respetar el acuerdo de alto el fuego con Marruecos firmado en 1991 bajo los auspicios de la ONU.
En este contexto, Oubi Bouchraya Bachir afirmó que el enfoque estadounidense «no cambiará nada ni en el estatuto y la naturaleza del conflicto en el Sáhara Occidental, como recordó el portavoz del secretario general de Naciones Unidas, ni en la legitimidad» de la lucha armada que el pueblo saharaui liderará por su libertad bajo el liderazgo del Frente Polisario”.
En un comunicado publicado por Maghreb Arabe Presse (MAP), el palacio real marroquí elogió «la posición constructiva de Estados Unidos [que] refuerza la dinámica de la consagración de la soberanía marroquí sobre el Sahara«. Además, sobre el tema de la cuestión de Palestina, la nota destacó que «Marruecos apoya una solución basada en dos Estados que convivan en paz y seguridad, y que las negociaciones entre las partes palestina e israelí siguen siendo la única forma de para llegar a una solución definitiva, duradera e integral de este conflicto”. La misma fuente destacó «la necesidad de preservar el estatus especial» de la ciudad de Jerusalén Este, la capital natural del estado palestino.
El principal aliado de Marruecos ha sido Francia. También la Administración española, con un perfil más discreto, ha jugado en los pasillos de la Unión Europea y de la ONU a favor de Rabat. Y también lo ha hecho el Estados Unidos de Donald Trump. En cuanto al Frente Polisario, su principal aliado y protector es Argelia. Y también cuenta con Sudáfrica y Rusia.
Fuentes: El País/ Tercera Información
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