Los líderes del G7 han expresado su enérgico rechazo a la reciente toma de posesión de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, calificando el acto como carente de legitimidad democrática.
En un comunicado emitido el 10 de enero de 2025, los ministros de Asuntos Exteriores de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos denunciaron que la investidura se llevó a cabo en un contexto marcado por la represión y la falta de respeto a los derechos humanos en el país.
"Nosotros, los ministros de Asuntos Exteriores del G7 y el Alto Representante de la Unión Europea, denunciamos la falta de legitimidad democrática de la supuesta investidura de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela", reza la nota, cuyos firmantes han rechazado además "la continua y represiva búsqueda del poder por parte de Maduro a expensas del pueblo venezolano".
El G7 condenó no solo la investidura de Maduro, sino también la represión continua contra la sociedad civil y miembros de la oposición, destacando casos como el de María Corina Machado. Expresaron su preocupación por las detenciones arbitrarias y otros abusos cometidos contra civiles tras las protestas pacíficas que siguieron a las elecciones.
El comunicado también subrayó la solidaridad del G7 con el pueblo venezolano y enfatizó la necesidad urgente de crear un entorno donde pueda florecer la participación democrática sin temor a represalias. Los líderes instaron a una transición pacífica y democrática liderada por los propios venezolano.