Gantz y Lieberman, aseguraron que habían alcanzado “significativos progresos” en la búsqueda de un entendimiento. Las negociaciones se han extendido a la izquierda y precisan del respaldo externo de la Lista Conjunta que incluye a los árabes y representan al 20 por ciento de la población.
El Político
Una encuesta recientemente publicada detalla que el 49% de los árabes israelíes son favorables a respaldar a un Gobierno dirigido por Gantz, frente a un 33% que lo rechazan y un 18% de indecisos.
Alman Ode, represenante de la Liga Arabe declaró que Netanyahu quiere provocar una guerra civil al oponerse a la incluión de los árabes en el gobierno.
“Mientras mas peleados estemos arabes e israelíes mas gana él”, declaró
Las conversaciones para la formación de un gobierno de “unidad nacional” excluyendo a los árabes confirma la presunción de que no son vistos como parte de la sociedad israelí. El 24 de septiembre el editorial del diario Haaretz titulaba “Gantz capituló sin una batalla” ante Netanyahu porque no quiso que lo vieran dependiendo de lo que la sociedad percibe como “votos antisionistas árabes que apoyan al terrorismo”, (algo con lo que los partidos que conforman esta coalición no coinciden) pero lo que el diario consideró un triunfo de la “deslegitimación” de los árabes dentro de la sociedad israelí.
Netanyahu ha puesto el grito en el cielo ante las maniobras de última hora de Gantz para formar Gobierno.
“Unas nuevas elecciones serían un desastre, pero pactar un Gabinete que dependa de los partidos árabes sería un desastre aún mayor (…) ya que se sustentaría en partidarios de Hamás y la Yihad Islámica”, enfatizó el sábado ante dirigentes de su partido. “Nos enfrentamos a una situación de emergencia sin precedentes en la historia de Israel”.
Arabes apoyaron a Rabin en 1992
Los diputados de la minoría árabe –que agrupa a una quinta parte de la población israelí – ya ofrecieron en 1992 apoyo externo en la Kneset al laborista Isaac Rabin para que fuera investido primer ministro.
Sin embargo, el líder del Likud convocó anoche una concentración en Tel Aviv para movilizar a los ciudadanos contra un eventual pacto del centroizquierda con la Lista Conjunta. “En Teherán, Ramala y Gaza celebrarán el acuerdo”, alertó a sus partidarios.
El tiempo corre inexorablemente, falta un día para que el líder centrista Benny Gantz, pueda presentar al Knesset (Parlamento), el equipo con que formaría nuevo Gobierno.
Amenaza de nueva elección
Si Gantz no logra presentar a tiempo al presidente de Israel, Reuven Rivlin, una fórmula viable de gobernabilidad, los 120 diputados de la Kneset pueden disponer de un nuevo plazo de tres semanas para tratar de consensuar un improbable pacto político. Expirada esta oportunidad, la nueva convocatoria a las urnas —tercera en apenas un año— se produciría de forma automática, previsiblemente entre los meses de febrero y marzo.
Los números no dan
El ala derecha de la Cámara suma 55 diputados con el Likud de Netanyahu (32), los dos partidos ultraortodoxos (16) y la extrema derecha (7). El bloque de centroizquierda agrupa a 54 parlamentarios de la alianza Azul y Blanco de Gantz (33), laboristas (6), izquierda pacifista (5) y a al menos 10 de los 13 miembros de la Lista Conjunta, integrada por cuatro partidos de la minoría árabe israelí. Para sumar los 61 votos necesarios deben hacerse demasiadas concesiones
La gobernabilidad del país está en manos de los ocho escaños de Israel Nuestra Casa, el movimiento laico de derechas del exministro de Defensa Lieberman, quien ha propugnado hasta ahora un Ejecutivo de unidad nacional —la gran coalición entre el Likud y Azul y Blanco— para salir del bloqueo.