Wolfgang Ischinger, jefe de la Conferencia de Seguridad de Múnich que arranca esta tarde con la presencia de 40 jefes de Estado y gobierno, 60 ministros de Asuntos Exteriores y 40 de Defensa, sostiene que la situación de seguridad global es «tensa», «inusualmente grave», según difundió abc
El Político
Un dato a considerar es que en horas previas a la apertura de los primeros paneles, se publica el informe anual del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), que constata que los gastos militares mundiales aumentaron un 4% en 2019, el mayor alza en diez años. «Se trata de una situación internacional muy peligrosa», dice Ischinger, que subraya el contexto de fondo, con crecientes rivalidades entre potencias y pérdida de capacidad de las organizaciones internacionales para mitigar conflictos. «Es importante que se hable y que no dispare», insiste Ischinger, «pero también hay una pérdida dramática de capacidad de toda la comunidad internacional para actuar» y una «política exterior que a menudo queda en frases retóricas». Ischinger defiende que la caja de herramientas diplomáticas también debe contener opciones militares, y el informe del ISS prueba que algunas decisiones de rearme llevan ya tiempo tomadas.
El director del IISS, John Chipman, considera que «los gastos militares globales aumentaron con la progresiva salida de las economías de la crisis financiera de 2008 y debido a una mayor percepción de amenazas», explica en la presentación del informe en el Bayerischer Hof. Los dos países con los presupuestos militares más grandes del mundo, Estados Unidos (685.000 millones de dólares) y China (181.000 millones), continúan su aumento exponencial, con un alza del 6,6% en 2019 con respecto a 2018.
Se plantea que la muerte del tratado sobre las fuerzas nucleares de mediano alcance (500 a 5.500 km) en 2019 y la posible extinción del tratado New Start sobre armamentos nucleares intercontinentales en 2021 han cambiado el equilibrio entre potencias, el status quo en el orden internacional post-Guerra Fría, haciéndose muy evidente el ascenso de China y el impacto de crisis regionales, desde Ucrania hasta Libia, convertidas en laboratorio de enfrentamiento de las potencias.
Otro aspecto alarmante que plantea el informe es que las potencias se preparan para un conflicto. Las nuevas armas desarrolladas por China y Rusia, que incluyen misiles supersónicos y submarinos sin tripulación, que son presentadas como "invulnerables", permiten a los líderes una comunicación pública que generan opiniones públicas nacionales sugestionadas por una supuesta “superioridad” y añaden presión a la carrera armamentística.
En esa línea, los gastos militares estadounidenses se incrementaron por sí solos en 53.400 millones de dólares el año pasado, detrás de Arabia Saudí, Rusia, India y Reino Unido, y por delante de Francia, Japón y Alemania. «En Europa, la inquietud por Rusia continúa alimentado el crecimiento de los gastos con un alza de 4,2% con respecto a 2018», dice Chipman. Los presupuestos militares europeos en su conjunto se han limitado a recuperar su nivel de 2008 en términos reales.
Hay que resaltar que la segunda clave del informe anual tiene que ver con la «pérdida del occidentalismo». Ni siquiera los países occidentales están ya seguros de sus valores, asegura el texto. Mientras que unos creen que Occidente está siendo amenazado por un «internacionalismo liberal», otros están convencidos de que precisamente «el retorno de los nacionalismos amenazan Occidente».
Con información de: abc