la partida de ajedrez que pone en juego mucho más que el intento de destrabar definitivamente el conflicto docente, el Gobierno ya definió su próxima jugada. En las últimas semanas, mientras medía fuerzas con los gremios, avanzó en un borrador que será la base de un proyecto de ley de su plan educativo de largo plazo, con lineamientos y objetivos que deberían cumplirse en períodos de cinco a diez años.
Extender la jornada escolar, garantizar la escolaridad de los alumnos, establecer marcos de referencia para la negociación paritaria, promover la capacitación de los docentes y mejorar las condiciones de infraestructura, entre otras prioridades, formarán parte de la propuesta que el oficialismo busca debatir este año.
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El proyecto, que aún se encuentra en elaboración, será enviado al Congreso por el presidente Mauricio Macri, antes de fin de mes, una vez conocidos los resultados de la Evaluación Nacional Aprender 2016. Con dicha prueba, que reemplazó al Operativo Nacional de Evaluación (ONE), el Ministerio de Educación busca calificar a los alumnos de segundo y tercer año de escuelas primarias (en lengua y matemáticas) y a los de quinto año de secundaria (ciencias naturales y ciencias sociales, además de lengua y matemáticas).
Los resultados de Aprender 2016 no fueron buenos y eso aceleró la decisión de presentar el proyecto de ley, basado en un manifiesto de diciembre pasado, consensuado por los ministros de Educación de todas las provincias.
La implementación de la prueba fue resistida por los sindicatos a punto tal que antes de la primera experiencia, en octubre pasado, Suteba pidió la suspensión y Sadop opinó que "irrita a los trabajadores y es componente del ajuste para perturbar las condiciones salariales y laborales". Los gremios aún mantienen un enfrentamiento con el Gobierno por la negociación de los salarios que impide el desarrollo del ciclo lectivo en varias provincias.
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Mientras esto ocurre, Macri volvió a meterse en la discusión. Anoche, en el programa de Mirtha Legrand, anunció que enviará el proyecto al Congreso; horas antes subió una foto a su perfil de Facebook con un mensaje titulado "Para que un país pueda levantarse la escuela nunca debe parar".
La imagen, explicó el Presidente, había sido publicada por Infobae y corresponde a una clase al aire libre en la devastada Hiroshima, después de la explosión atómica que arrasó la ciudad en 1945. "De pie, al frente de todos los alumnos, volvió a estar el maestro, dando clases como todos los días, como si nada hubiese cambiado", escribió un Macri suspicaz.
Prioridades
"Gran parte del contenido del proyecto lo decidimos antes de asumir; no tiene que ver con los resultados de Aprender o de un contexto de conflictividad gremial", explicó a LA NACION el ministro de Educación, Esteban Bullrich. "Como gobierno tenemos una visión. La evaluación permite tomar medidas, pero no queremos solo publicar resultados, sino ver qué hacemos con ellos", amplió el funcionario, quien prefirió no adelantar las conclusiones de Aprender 2016.
La propuesta en la que trabaja el Poder Ejecutivo plantea objetivos a largo plazo, por ejemplo, alcanzar una tasa de escolarización del 75% en 2021 y 100% en 2026 para niños de 3 y 4 años, una meta que abarcaría 300.000 alumnos; o lograr que en diez años disminuya un 70% el abandono escolar en la escuela secundaria y se reduzca en un 50% la repitencia.
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El proyecto planteará también aumentar el tiempo de enseñanza en escuelas primarias y secundarias. En 2021, el Gobierno pretende lograr un ciclo lectivo de 200 días, 20 más de los exigidos por la ley 25.864 desde 2003. Para ese año, según el borrador que circula, "se debería reducir un 50% el tiempo de clase perdido por causas de ausentismo docente y estudiantil, de infraestructura deficitaria y de paros". El plan, además, contempla sumar, al menos, dos horas a la jornada escolar.
Mejorar las condiciones salariales de los docentes con la participación de diferentes niveles de gobierno que deberán asegurar la estabilidad económica es otro de los puntos salientes, aunque en el Gobierno aclaran que esto no significa abrir una paritaria nacional, como desean los gremios. "Las pautas de incremento salarial para el conjunto de los docentes deberán surgir de los acuerdos en cada jurisdicción, pero queremos que se fije un piso salarial para generar mejores mecanismos de acuerdo", explicó Bullrich.
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Para mejorar la infraestructura el objetivo más saliente es construir 10.300 aulas y 3000 salas que satisfagan la demanda de la matrícula anual en todo el país.
Con información de La Nación de Argentina