En el más absoluto hermetismo el Gobierno ultimó la nueva propuesta oficial de Ganancias que hoy a las 11 Jorge Triaca y Mario Quintana presentarán a la cúpula de la CGT. El ministro de Trabajo y el vicejefe de Gabinete estuvieron literalmente encerrados en el Salón Norte de la Casa Rosada durante buena parte de la jornada. Buscaban alternativas para seducir al sindicalismo. En sintonía con los deseos de los gremialistas, buscarán levantar el mínimo no imponible. Si bien no trascendió la cifra, buscarían un punto intermedio entre el proyecto oficial, que naufragó en Diputados (unos $28 mil de sueldo neto para casados) y el que impulsó Sergio Massa y el kirchnerismo (casi $ 38 mil).
Desde el mediodía y hasta la tarde, en compañía del titular de la AFIP Alberto Abad, de los equipos técnicos del ministro del Interior Rogelio Frigerio y de su par de Hacienda Alfonso Prat Gay – ambos ausentes- y junto a los diputados Nicolás Massot y Luciano Laspina, estudiaban la manera de contentar al sindicalismo que reclaman que a los trabajadores de la cuarta categoría no se les computen horas extras, los viáticos, los feriados y el aguinaldo en el impuesto. Muy cerca del Presidente, que monitoreó parte de las conversaciones, aseguraban que el costo fiscal del nuevo proyecto no variará demasiado. “Puede cambiar el diseño, pero no el impacto fiscal”, explicaron.
Una de las espadas legislativas de Cambiemos alertaba que la orden presidencial para no alterar el costo fue muy clara. “Si insisten con el mínimo no imponible, tendremos que tocar las escalas o eliminar algunas de las exenciones propuestas, argumentó.
Cerca del mediodía Abad y Prat Gay mantuvieron un encuentro con sindicalistas. “No se habló de política, solo de números”, decían. Si el proyecto se encarece, al Ejecutivo se le agotan las opciones para financiarlo. “El único impuesto que hace la diferencia es el del Juego”, señalaron. La paradoja la apuntó la gobernadora María Eugenia Vidal el domingo en una entrevista con Clarín. “Los impuestos al Juego son potestad de las provincias, no son potestad d la Nación. Puede haber una discusión en ese tema”, dijo para desacreditar al proyecto massista.
Otras fuentes aseguraron que el Gobierno se comprometería además a una reducción progresiva y ambiciosa en lo que resta del mandato.
En la noche del miércoles el titular de Diputados Emilio Monzó y Massot aflojaron tensiones con triunvirato cegetista Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid, y los dirigentes Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), anfitrión. “Fue una reunión de fin de año, que habíamos acordado antes”, se desentendieron.
En tanto, la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) se reunirá para analizará los resultados del encuentro en Trabajo. La amenaza de un paro total sobrevuela. En el Gobierno lo minimizan. Recuerdan que Oscar Maturano, de la UTA, ya había amenazado con una marcha que nunca hizo en la última reunión del Diálogo por la Producción.
En la Casa Rosada buscan enmendar uno de los errores que reconocen que cometieron cuando presentaron el proyecto. “Por el apuro, no pudimos incluir lo suficiente a los gremios”, decían. Sostenían como un logro de última hora, el apoyo de los ministros de Economía provinciales para buscar una salida consensuada. Ayer el senador por Chubut, Alfredo González Luenzo, (cuyo ministro firmó el documento) reconoció a Clarín que el proyecto de Diputados tiene inconsistencias, pero advirtió que, si no hay una propuesta superadora, el miércoles lo aprobarán. En el oficialismo algunos sueñan con postergar la discusión para marzo, aunque saben que depende de la intransigencia de la oposición. El final -coinciden todos- está abierto.
Con información de Clarín