Tras la masiva marcha de la Confederación General de Trabajadores (CGT) de Argentina convocada ayer martes, que terminó con violencia y un desbande, el Gobierno de Mauricio Macri convocó a una instancia formal de diálogo con las mesas sectoriales sindicales, en la que se discutirá el conflicto de las importaciones.
Redacción El Político
Los primeros que participarán serán sindicatos y cámaras empresariales afectados con despidos por aumento de importaciones: bienes de consumo, mecánicos de Smata, ensambladores de la UOM (computadoras), textiles e indumentaria, entre otros, que son generadores de mano de obra intensiva y que han visto descender su nivel de empleo en los últimos meses.
Puertas adentro de la Casa Rosada, los ministros aseguran que siguen "con la voluntad de diálogo" para "encontrar solución" a los sectores productivos que estén en conflicto, y también destacaron que el resultado de la movilización de ayer de la CGT, en medio de un estallido de violencia y críticas a los dirigentes, derrumbó la "representatividad" de las centrales obreras, reseñó El Intransigente.
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"No hay un problema de despidos. El empleo neto está por encima de los primeros meses de 2016. Y dialogaremos de importaciones, pero no vamos a perjudicar a los consumidores para que paguen computadoras 200 dólares más caras", dijo, sobre el tema, uno de los colaboradores cercanos del Poder Ejecutivo.
La vuelta al diálogo entre el Gobierno y los sindicatos, que se había quebrado en febrero, se ve impulsado especialmente por la decisión de la CGT de no anunciar una fecha de paro general, lo que le da aire al Gobierno para negociar con los gremios y evitar una medida de fuerza nacional. Por último, el gobierno macrista respira, en parte, aliviado, ya que sintió que quedó al desnudo que la CGT y el peronismo no tienen un fuerte liderazgo ni representatividad. En ese sentido, consideran que gran parte del reclamo obrero quedó deslegitimado por la división de objetivos existente puertas adentro.
