El gobierno de Turquía sigue generando tensión en Europa. La administración de su presidente, Recep Tayyip Erdogan, no admite oposición alguna en el continente. Por eso ha señalado a dos nuevos enemigos: Alemania y Holanda.
Félix R. Gutiérrez Rodríguez / El Político
Erdogan reaccionó a la negativa de ambas naciones a permitir que gente de su gobierno hiciera campaña en favor de la reforma constitucional en sus territorios. El pueblo turco consultará el próximo 16 de abril si decide cambiar su actual sistema de gobierno parlamentario a uno presidencialista.
Alemania, cómplice del terrorismo
Erdogan acusa al gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, de apoyar a los terroristas y obviar los 4.500 expedientes enviados por Turquía sobre supuestos radicales.
“Señora Merkel, ¿por qué está escondiendo terroristas en su país? (…) ¿Por qué no está haciendo nada?”, dijo en una entrevista con la televisión A-Haber.
Turquía también ha acusado a Alemania de dar refugio a militantes kurdos y a sospechosos que estarían involucrados en el intento de golpe de Estado en contra de Erdogan el 15 de julio de 2016.
El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schaeuble, dijo que las reacciones del gobierno turco hacen impredecible cualquier acuerdo entre las dos naciones. "En estas circunstancias es extremadamente difícil seguir trabajando en eso. No queremos escalar el conflicto, todo el mundo en Alemania está de acuerdo en ello, solo queremos que Turquía regrese a la razón", aseguró a la televisora pública ZDF.
Sepa que…
Alemania alberga la mayor comunidad turca en el extranjero, con 1,4 millones de personas
Holanda, enemigo nazi y fascista
Holanda fue mucho más directo en su rechazo a las políticas de Erdogan: expulsó este sábado a la ministra turca de la Familia, Fatma Betul Sayan Kaya, y negó la autorización para una visita del ministro de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, quien haría campaña a favor de la reforma constitucional de Turquía en el país.
Por semejantes acciones, Erdogan prometió a los holandeses hacerles “pagar un precio elevado” por sus prácticas “nazistas y fascitas” y llamó al encargado holandés de negocios en Ankara para pedirle explicaciones.
"No hay duda de que Holanda pagará cara su actitud grosera. Llamo a las organizaciones internacionales en Europa y en otros lugares a imponer sanciones sobre Holanda", dijo el presidente turco este domingo en un acto político cerca de Estambul.
Para Erdogan, el gobierno de Holanda tiene "residuos de los nazis y fascistas", comparación que rechazó el primer ministro holandés, Mark Rutte, quien explicó que el acto proselitista de Cavusoglu fue negado porque no quieren aumentar las tensiones en su país a pocos días de las elecciones generales que se realizan este miércoles.
"Este país fue bombardeado durante la II Guerra Mundial por los nazis. Es completamente inaceptable hablar de esa manera", dijo Rutte.
Sepa que…
En Holanda hay cerca de 400.000 personas de origen turco
Reacción Internacional
La campaña de Erdogan por Europa ha encendido las alarmas en otros países. Suiza y Austria también prohibieron la realización de reuniones políticas con el partido AKP. Para estos países, la organización política de Erdogan podría alterar el orden público en sus territorios.
El canciller austriaco, Christian Kern, pidió hace una semana una “respuesta colectiva de la Unión Europea para impedir estos eventos de campaña” de políticos turcos en países del continente.
En Dinamarca, el primer ministro, Lars Lokke Rasmussen, prefirió postergar una visita a Ankara, donde se reuniría con su homólogo turco, Binali Yildirim, porque le preocupa que "los principios democráticos están bajo mucha presión" en ese país.
El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, pidió una “descalada” en las ya tensas relaciones de Turquía con Alemania y Holanda, ya que, recordó, tienen objetivos en común, como la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico.
Una estrategia electoral
Algunos especialistas alegan que la reacción agresiva de Erdogan forma parte de una estrategia política bien definida, aunque tenga un costo en su política internacional, como la crisis que desató con Alemania y Holanda.
“Erdogan se busca enemigos extranjeros imaginarios para conquistar su base nacionalista. Es así de simple y los holandeses cayeron en la tram-pa”, dijo a AFP Soner Cagaptay, analista especialista en Turquía en el Washington Institute.
Para Mark Lowen, corresponsal de la BBC en Turquía, las acciones del gobierno turco no son casualidad: "Recep Tayyip Erdogan es un operador político astuto. Mientras que su enfrentamiento con importantes aliados europeos y sus comparaciones explosivas con los nazis pueden parecer algo caótico, es muy probable que todo esté planeado por un hombre que sabe que prospera cuando no aparece como favorito".
Lowen explica que la situación le ha permitido a Erdogan “presentar lo ocurrido como una conspiración contra Turquía y vestirse como el héroe nacionalista que rechaza al opresor europeo".
"Eso movilizará a sus base de apoyo y a los nacionalistas de extrema derecha a los que intenta cortejar antes del referendo presidencial del próximo mes, pero horrorizará al otro lado de Turquía, los liberales proeuropeos que ven que su país se aleja más de Occidente y que su presidente se dedica a calumniar de una forma sin precedentes a sus aliados de la OTAN", sostuvo.