El servicio de transporte Arbus, que fue lanzado en agosto de 2014 con la colaboración de Intercargo, la empresa estatal que brinda servicios de tierra en aeropuertos, sumó una opción de transporte a los pasajeros aéreos en la capital argentina. Los autobuses cuentan con wi fi y televisión, y empezaron a recorrer las calles y avenidas porteñas a pesar de que, desde entonces, el proyecto acumuló pérdidas en un servicio que funciona en otras grandes ciudades del mundo. En Argentina nunca resultó comercialmente rentable, por lo que el gobierno de Mauricio Macri ha manifestado que a Arbus también le llegó la hora del ajuste y la reestructuración.
María Silvia Espinoza/El Político
Resolver el vacío presupuestario fue el principal objetivo de la nueva gestión de Intercargo, empresa que desde 2012 estaba intervenida y manejada por dirigentes de la agrupación política La Cámpora y del Ministerio de Transporte. Según sus datos, Arbus tuvo pérdidas de $ 11.500.000 entre enero y noviembre de 2015, mientras que el déficit operativo en enero fue de $ 2.000.000. En ese contexto, las nuevas autoridades de la empresa decidieron llevar adelante una reorganización operativa del servicio, con reducción o cierre de algunos ramales, nuevos nichos y cambios de rutas.
"Lo que logramos es bajar la pérdida operativa mensual en un 75%", cuenta Mario Dell’Acqua, ex ejecutivo de Techint que ahora está al frente de Intercargo. El déficit en abril, afirma, fue de $ 500.000. "La idea es que a fin de año la pérdida tiene que ser cero, bajando nuestros costos y readecuando el servicio a esta nueva operación", completa.
Un caso paradigmático fue su servicio entre Ezeiza y Aeroparque. Desde su lanzamiento, en julio de 2015, ese recorrido era exclusivo y gratuito para pasajeros de Aerolíneas Argentinas, una situación que para la nueva administración resultaba inviable en términos de negocio: excluía muchos potenciales clientes y no generaba ingresos a partir de los usuarios que efectivamente subían a sus colectivos.
El servicio ahora es abierto para todo el público, cuenta con 13 frecuencias, a un precio de $ 150 por persona, e incluye una parada en la terminal de colectivos de Puerto Madero (en la intersección de las avenidas Córdoba y Madero).
Renovado, ese ramal es la gran apuesta comercial de Arbus, que busca concentrar la demanda que hasta ahora se reparte entre los colectivos Tienda León (cuesta entre $ 190 y $ 200 en ese recorrido), remises y taxis, cuya tarifa es mayor.
"El servicio de Ezeiza al Centro es un mercado insatisfecho, especialmente para el viajero frecuente", cuenta Dell’ Acqua. Hoy, ese ramal parte desde la Terminal C, utilizada fundamentalmente por Aerolíneas Argentinas, y la expectativa es triplicar la cantidad de pasajeros al sumar un local de venta de pasajes en la Terminal A, donde llegan los viajeros de las principales líneas aéreas.
Donde sí llegó el ajuste fue en los recorridos urbanos, que unían diferentes barrios porteños con Aeroparque a un precio de $ 30, una opción intermedia entre el colectivo de línea y el taxi.
Los 16 servicios diarios en los ramales Palermo (conecta Aeroparque con Pacífico y el Alto Palermo) y Norte (de Aeroparque a Belgrano y Saavedra) fueron recortados a dos opciones, mientras que aumentó un 50% el precio del pasaje ($ 45). A su vez, se fusionaron en una única ruta los servicios que antes unían el Obelisco y Retiro con Aeroparque, donde Arbus tiene una de sus bases operativas.
"Es un servicio bien cubierto y no vamos a competir con las líneas urbanas de pasajeros. Mantenemos los servicios en hora pico, pero hay muchas opciones para la gente que quiere ir a Aeroparque", argumenta el director de Intercargo.
Por otra parte, también se eliminó el servicio de cinco frecuencias que Arbus brindaba entre La Plata y Aeroparque. Este ramal también comenzó siendo gratuito y exclusivo para pasajeros de Aerolíneas, y en octubre de 2015 se abrió a todos los clientes, con un precio de $ 100. Sin embargo, informan desde Arbus, la demanda nunca superó los 500 pasajeros mensuales. Este año, Aerolíneas abrió una licitación para ese trayecto, pero eligió a otra compañía de combis.
Con menos viajes urbanos, también hubo recortes en el plantel. "Estamos bajando la cantidad de gente", reconoce Dellacqua, quien sostiene que hoy Arbus cuenta con 32 empleados, compuesto fundamentalmente por choferes. A su vez, se reasignaron colectivos, para que no quedaran sin uso en las terminales. Algunas unidades sumaron a la flota que realiza trabajos de pista en Aeroparque, dos fueron enviadas al aeropuerto de Rosario, dos a Tucumán y otra a Ezeiza.
La hoja de ruta de Arbus incluyó, también, la búsqueda de nuevas oportunidades comerciales. La compañía ganó una licitación para encargarse del traslado entre Aeroparque y un hotel de los pasajeros cuyo vuelo, eventualmente, sea cancelado o postergado. A su vez, prepara el lanzamiento de un servicio para brindar tours urbanos o traslados en sus colectivos a los pasajeros que lleguen a Buenos Aires en cruceros, un sector que tiene su temporada alta entre noviembre y abril. "Es un servicio de demanda insatisfecha", observa Dell’ Acqua.
Con información de La Nación