Si en algo está claro el régimen de Gustavo Petro es que Venezuela, su vecino, representa una excelente oportunidad económica para Colombia, aunque eso implique negar la emergencia humanitaria compleja, la migración masiva de venezolanos y la crisis institucional que sufre la nación venezolana.
El Político
Mientras la agenda del embajador colombiano en Venezuela Armando Benedetti se centra en la apertura de la frontera o el destino de la empresa Monómeros, la agenda del embajador venezolano en Bogotá Félix Placencia solo exhibe como prioridad recuperar los inmuebles de la embajada y consulados que han estado abandonados por cuatro años, por culpa del mismo gobierno chavista.
A recuperar lo perdido
Al finalizar el año 2008 Colombia le compró bienes a Venezuela por el orden de 1.140 millones de dólares, y a su vez Venezuela les compró a su vecino productos por 6.070 millones de dólares. Pero las tensiones políticas entre Caracas y Bogotá convirtieron a este intercambio en algo insignificante.
Según las estadísticas del gobierno colombiano durante el año 2021 solo exportaron a Venezuela mercancías valoradas en 331 millones de dólares, mientras importaron productos por apenas 69 millones de dólares.
El gobierno de Petro tratará de obtener la mayor cantidad de beneficios económicos incluso si hay que obviar la grave crisis institucional en Venezuela.
Petro, al igual que otros gobierno izquierdistas de la región, piensan en una deseable y eventual mayor estabilidad en la región, y creen que ese objetivo es más factible si Venezuela empieza a transitar un proceso de recuperación económica.
Pero, es ahí donde los cálculos fallan, ya que es improbable una recuperación económica sostenible en Venezuela sin atender también la grave crisis política e institucional que tiene paralizado al país.
Incluso, del lado venezolano comienzan a aparecer voces que alertan de los problemas que puede ocasionar la reanudación del intercambio comercial con Colombia.
Jorge Roig, ex presidente de Fedecámaras, alerta que la eventual “apertura de la frontera con Colombia, si bien constituye una excelente oportunidad de negocios, sin una adecuada política pública que regule la equidad del intercambio comercial, puede ser un desastre para la industria nacional ya excesivamente castigada”.
Para Petro, primero Colombia
Sin embargo, mientras la prioridad de Petro se centra en el tema económico, el principal interés del régimen de Nicolás Maduro se dirige a ganar un aliado político a cambio de restablecer las relaciones después de cuatro años de congelamiento diplomático y siete años con los pasos oficiales entre ambos países cerrados a lo largo de una frontera de 2.219 kilómetros.
El primer hito de la nueva relación entre Colombia y Venezuela pudiese ocurrir a finales del mes de octubre, cuando se pudiese realizar el primer encuentro oficial entre los mandatarios de ambos países en los últimos cinco años.
Durante la presidencia de Iván Duque, Colombia se convirtió en el país de acogida de más de dos millones de venezolanos que intentaban escapar de la emergencia humanitaria de su país, pero también en el lugar de acogida de un número significativo de políticos y periodistas que debieron abandonar la nación para no ser apresados por la policía política de Maduro.
Aunque el presidente Petro ha explicado públicamente que va a reconocer el estatus de los venezolanos asilados en su país, no se puede olvidar que la justicia colombiana tiene un interés significativo en lograr la extradición de nacionales ocultos en Venezuela como la excongresista Aida Merlano.
EEUU observa
Aunque los portavoces del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca han hecho saber al gobierno colombiano que Estados Unidos desea trabajar de "manera constructiva y respetuosa con Gustavo Petro, para lograr una solución pacífica en Venezuela”, el embajador de Colombia en Venezuela Armando Benedetti reconoce que existen fricciones.
La principal, es por el control de la empresa colombo-venezolana Monómeros, que abastece a 45% del mercado agrícola del país, y el reconocimiento al gobierno de Nicolás Maduro.
Hasta hace una semana el control de Monómeros recaía en el gobierno interino de Juan Guaidó, ahora se busca que pase a manos del gobierno de Maduro.
En una entrevista con medios colombianos Benedetti afirmó: “El presidente Petro, al reconocer a Maduro, reconoce que el dueño (de Monómeros) es el Gobierno venezolano".
"Eso ha traído alguna complicación con EEUU (…) le hemos dicho a EEUU, a sus embajadores y consejeros económicos (…) que Monómeros se va a devolver a Venezuela, de acuerdo con nuestra reglamentación (…) "Quedó estipulado desde que el Gobierno de Gustavo Petro reconoció al presidente Nicolás Maduro. Eso es de Venezuela, no es de Juan Guaidó, porque Guaidó no es nadie".
Venezuela no tiene prisa, espera
Mientras el ministro de Transporte de Colombia, Guillermo Reyes, anunció que en 10 días se celebrará una cumbre binacional para definir los términos en los que se reabrirá la frontera colombo venezolana y el embajador Benedetti se reúne con el ministro de la Defensa de Venezuela (Vladimir Padrino), el presidente de la Asamblea Nacional (Jorge Rodríguez) o el ex presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (Diosdado Cabello) el enviado diplomático de Maduro a Colombia, Félix Placencia, solo se ha enfocado en anunciar la recuperación de las sedes diplomáticas y consulares en territorio colombiano como una de sus prioridades.
Sin embargo, hasta la fecha no ha mantenido reuniones oficiales de alto nivel con el gobierno colombiano, según detalla la Voz de América.