El clásico del domingo llevó a que el gobierno volviera a revisar la política de seguridad dentro de los estadios. Hasta este domingo, el Ministerio del Interior se había mantenido firme en su postura de que la Policía no debe estar dentro de las tribunas, sino que son los organizadores del espectáculo, los clubes, los que están obligados a vigilar y controlar la seguridad en las gradas. Los últimos incidentes en la tribuna Ámsterdam –que el domingo fue una zona liberada sin presencia policial– llevaron a que la cúpula del Ministerio del Interior se replantear la forma y el lugar donde enfrentar a los barrabravas.
Los argumentos para que la Policía no esté en las tribunas son dos: en primer lugar, el organizador de todo evento privado (un partido de fútbol lo es) debe encargarse de la seguridad; en segundo lugar, como dijo ayer el subsecretario del Interior, Jorge Vázquez, "la presencia de la Policía en la tribuna es un elemento que a veces genera más violencia". El modelo inglés, en el que se basó el ministerio para definir su política de seguridad, recomienda que la Policía no esté en las gradas, sino que cumplan ese rol guardias de seguridad privados.
El ministerio analiza cambiar ese modelo. "Uno puede evaluar diferente si está la Policía o no está la Policía (en las tribunas). Se puede evaluar", dijo ayer el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, en conferencia de prensa.
Lo que llevó a Bonomi a replantearse este asunto fue la baja cantidad de hinchas que fueron el domingo a la tribuna Ámsterdam, donde se ubica la barrabrava de Peñarol y donde se concentraron los hechos más violentos de las últimas semanas. En un clásico típico van entre 12.000 y 16.000 personas a esa tribuna, dijo Bonomi, pero para este clásico se vendieron un tercio de esas entradas. Con la tribuna colmada, la intervención policial suele aparejar un daño colateral importante. El director de la Guardia Republicana, Alfredo Clavijo, recordó que un hincha de Nacional quedó ciego por un escotepazo de un policía en una tribuna durante un clásico.
LEA TAMBIÉN: Diputado propone investigar vínculos de políticos con barras de fútbol
Sin embargo, si la tribuna no está llena, la intervención policial puede ser más efectiva y menos dañina. "Me dieron un mensaje el otro día. La gente de bien no quiere compartir tribuna con los barrabravas. Había la tercera parte de lo que hay siempre en los clásicos en la tribuna Ámsterdam. Y con la tercera parte, uno puede evaluar diferente si está la Policía o no está la Policía", dijo el ministro. "No le pidan de ahora en adelante a la Policía que se mantenga tranquila cuando pasen las cosas que pasaron el otro día", agregó. "Si la Policía va a entrar a una tribuna dispuesta a tirar gases, antes va a determinar que es un partido de riesgo y se va a avisar", aseguró.
Por su parte, el subsecretario Vázquez dijo que "si (la Policía) está adentro de la tribuna o no, va a ser producto del análisis de cada partido".
"El próximo clásico, en mi opinión, con público y con Policía", aseguró. "Si alguien tiene que fumar gases (dentro de la tribuna) y no tiene nada que ver, que se aleje del lío", agregó.
"Intento de homicidio"
A pocos días de asumir, las nuevas autoridades de la comisión de seguridad del Club Atlético Peñarol marcaron la cancha: para el partido clásico que se iba a jugar el domingo 27 de noviembre no se iban a entregar entradas a los referentes de la barrabrava del club, una medida hasta entonces inédita, que generó amenazas a los nuevos integrantes de la comisión de seguridad, informaron las autoridades.
Peñarol solicitó entonces al ministerio custodia para el Palacio Peñarol y el complejo Los Aromos. Por su parte, Nacional pidió custodia para su sede.
Mientras el Ministerio del Interior ultimaba los detalles del operativo policial para el domingo, integrantes de la barra brava de Peñarol planeaban el suyo. "El objetivo (de los barras) era suspender el partido luego de que empezara", dijo Bonomi. "Uno de los objetivos era que hubiera personas lesionadas", agregó el director de la Policía Nacional, Mario Layera.
"Si alguno de estos delincuentes es agarrado por un policía y el tipo le pega un golpe, si el policía reacciona y le pega un palo, que no digan ‘qué malo el policía’, porque estamos cortando las posibilidades de actuar", según Tabaré Vázquez.
Fuentes del ministerio informaron a El Observador que una de las hipótesis que maneja la Policía es que los barras buscaban no solo lesionar a un hincha sino concretar un homicidio dentro de la tribuna Ámsterdam. De todas maneras, Layera aclaró que la Policía no encontró armas en la tribuna. En definitiva, lo que algunos barras tramaban era dar un golpe de efecto poderoso, que demostrara cuánto podrían torcerle el brazo a la dirigencia y a la Policía.
La falta de puntería del delincuente que tiró una garrafa de 13 kilos desde la tribuna hacia abajo y que lesionó a un agente y su perro evitaron que el homicidio se consumara. El presidente de la República, Tabaré Vázquez, y de la Suprema Corte de Justicia, Ricardo Pérez Manrique, coincidieron en que se trató de un intento de homicidio. La Policía afirma tener identificado al responsable pero aún no ha sido detenido. La transmisión televisiva emitió en vivo su agresión.
Lea la nota completa en El Observador