"El problema no es ser neutral, es parecerlo de verdad", se trata de una frase que se utiliza con los llamados países no alineados.
El Político
El Movimiento de Países No Alineados (MPNA o MNOAL) es una agrupación de Estados que se formó durante la Guerra Fría, el conflicto geopolítico e ideológico mundial de la segunda mitad del siglo XX que se manifestó con el enfrentamiento indirecto entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.
La finalidad del MPNA era conservar su posición neutral y no aliarse a ninguna de las superpotencias ya nombradas.
La organización, aunque ha perdido fuerza tras la caída del Muro de Berlín (9 de noviembre de 1989) y la URSS se haya disuelto (1991), ellos siguen vigentes.
Otra frase célebre
“En el nazismo, no luchar contra los nazis significaba apoyarlos”. Esta frase, convertida en mantra después de la Segunda Guerra Mundial, combatía los ideales de neutralidad de muchos países que no se posicionaron oficialmente en contra del Tercer Reich.
Las razones para situarse en el no intervencionismo pueden ser éticas, pacificistas, antiimperialistas o económicas, pero estos argumentos han sido cuestionados por las medidas que se toman.
¿Abstenerse en una votación de condena en la ONU por un ataque unilateral a otra nación es ser neutral? ¿Lo es condenar lo que hace ese país y luego comerciar con él? La guerra de Ucrania ha devuelto el escenario de la Guerra Fría. "Vamos a desnazificar Ucrania", repetía el presidente ruso, Vladímir Putin, al inicio de su operación especial.
Una última carta
Más de un año después, Moscú entendió que le quedaba una última carta mucho más rentable que los fantasmas del nazismo. "Occidente ha desatado una guerra contra Rusia", exclamó Putin el pasado 9 de mayo durante la conmemoración del Día de la Victoria. El mensaje tenía un destinatario: todo ese mundo de países no alienados, que dicen mantener una neutralidad ante las superpotencias, a los que Moscú necesita tan preocupados por la paz como por comprar sus carburantes.
Occidente son las viejas colonias, los abusos en África, Asia y América, el rodillo de sus instituciones financieras, el racismo, su apoyo a dictaduras afines, su reguero de guerras por el globo… Putin sabe que ese mensaje tiene público. "Estados Unidos necesita dejar de fomentar la guerra y empezar a hablar de paz. La Unión Europea necesita comenzar a hablar de paz para que podamos convencer a Putin y Zelenski de que la paz es del interés de todos y que la guerra solo interesa, por ahora, a ellos dos", dijo recientemente el presidente de Brasil, Lula Da Silva, igualando al agresor y al agredido.
Según un análisis de elconfidencial, no es algo inusual esta visión. Sudáfrica también apunta a la hipocresía occidental. "He mencionado en otras ocasiones el problema del doble rasero en los asuntos globales. Existen muchos otros países que han estado involucrados en guerras, invasiones de territorios, asesinatos de personas y arrestos de activistas, pero ninguno de ellos ha sido llamado por la Corte Penal Internacional (CPI)", ha dicho la ministra de Asuntos Exteriores de Sudáfrica, Nalendi Pandor, ante la posibilidad de que el presidente ruso deba ser detenido en su país tras la orden de aprensión emitida por la CPI, de la que Sudáfrica es miembro.
Más países
Sudáfrica y Brasil, junto a China e India, son socios de Rusia en el grupo llamado BRICS. Los cuatro, hasta ahora, se han autodefinido como neutrales en el conflicto de Ucrania.
No apoyan las sanciones económicas de Occidente, suelen abstenerse en la votaciones de condena en la ONU y aseguran no suministrar armas. ¿Eso es ser neutral? Esta semana, el embajador de Estados Unidos en Sudáfrica, Reuben Brigety, ha acusado al Gobierno de Pretoria de entregar armas a Rusia. Según su versión, el armamento se habría entregado a un barco ruso entre el 6 y 8 de diciembre pasados en el puerto de Ciudad del Cabo.
El Gobierno sudafricano se ha limitado a pedir pruebas y ha dicho que "responderemos en su debido momento". India, por su parte, ha multiplicado por 22 la compra de combustible a Rusia en 2022, según declaró el viceprimer ministro ruso, Alexandr Novak, en lo que calificó como "venta a países amistosos".
Estos son solo dos ejemplos de países hoy importantes, con lazos históricos con Moscú desde la Guerra Fría, dentro de una larga lista de Estados que no apoyan los embargos occidentales y mantienen sus relaciones comerciales con Rusia. Socialmente, en sus países, como en otros muchos Estados del globo, la gente no entiende que haya una orden de detención de la CPI contra Putin y no contra el expresidente de Estados Unidos George W. Bush, que invadió Irak presentando pruebas falsas en la misma ONU. O les causa perplejidad escuchar a Washington hablar de derechos humanos y libertades con el amplio historial bélico que tiene.
Fuente: El Confidencial