El nuevo armamento constaría de lanzaderas de 55 misiles por segundo, robots con la capacidad de destrucción de un regimiento, algoritmos capaces de bloquear el sistema continental de Internet, entre otras armas que están diseñando Estados Unidos, Rusia y China, informó Infobae.
El Político
El portal revela que la película Terminator lo cuenta así: la empresa de ciberseguridad Skynet se convierte en la principal proveedora de las redes de defensa de los Estados Unidos. El sistema entra en línea el 4 de agosto de 1997. Todos los aviones y bombarderos Stealth son equipados con computadoras Cyberdine. Los soldados son reemplazados por robots. Todas las operaciones y vuelos son perfectos. Las decisiones humanas son eliminadas del sistema y Skynet comienza a autoenseñarse. Aprende a un ritmo geométrico. Logra tomar conciencia de sí misma el 29 de agosto de 1997, a las 2:14 de la madrugada. Los humanos entran en pánico e intentan apagarla. Pero Skynet los considera una seria amenaza para su propia supervivencia y comienza el exterminio de la Humanidad.
Ahora en la vida real, Skynet vendría a ser hoy un conglomerado de muchas empresas que integran el sistema de defensa de Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña e Israel. Casi todas trabajando en forma independiente, pero acumulando el conocimiento de los progresos científico-tecnológicos de las otras. Tratando de desarrollar todo en secreto. Pero como se sabe, la de espía es la profesión más antigua del mundo. Y comienza a aparecer información que convierten a la secuencia de Terminator en algo real, ya puesto en práctica. La diferencia es que los científicos que trabajan en estos proyectos, aseguran que jamás se les dará autonomía a los robots y máquinas de exterminar (esto ya estaba planteado en la serie de films creados por James Cameron, los cyber soldados se les van de las manos y en 2029 Schwarzenegger tiene que venir a salvarnos).
Flotas de barcos invisibles, comandos de drones, máquinas capaces de lanzar 55 misiles por segundo o de reconocer más de un millón de imágenes en un minuto para detectar enemigos, robots que pueden destruir un regimiento de soldados en horas, computadoras con la capacidad de bloquear el sistema de Internet de un continente. Y todo sin tripulación. Con control remoto o autocontrol. Esto se está desarrollando en este momento en los laboratorios de las potencias y son las máquinas que estarán listas para luchar en la nueva Guerra Fría de Estados Unidos contra Rusia y China. Un informe del Center for Public Integrity, publicado esta semana, da una pista de cuáles son estos proyectos y en qué etapa se encuentran. El título del informe es sugestivo: "Muy pronto en los campos de batalla: Robots que pueden matar".
La marina estadounidense ya tiene en experimentación un destructor autónomo de 135 toneladas, denominado Sea Hunter, que se puede desplazar sin ningún tipo de tripulación humana. Incluso, está equipado con lanzamisiles automáticos, que detectan el objetivo enemigo y disparan sin supervisión directa. Todo está manejado por sistemas informáticos que le permiten tomar acciones y maniobras de navegación sin esperar una orden de un ser humano. Ya hizo un viaje autónomo exitoso de 2.500 millas entre Hawai y California. Estas naves van a ser acompañadas por unos "botes de acción rápida" denominados Sea Dragon, también de control remoto, y que podrán acercarse y atacar cualquier objetivo sin ser detectados por los satélites hasta que estén muy cerca. Y como complemento, para evitar bajas de los marines, se están haciendo pruebas con el Sea Mob, un vehículo aéreo no tripulado (UAV) "con capacidad de comportamientos autónomos de enjambre". Un dron que vuela en flotilla para hacer ataques coordinados. Y a todo esto, se le suman unos vehículos similares a los que se utilizaron para la exploración de Marte que se pueden manejar a cientos de miles de kilómetros de distancia y que actúan "en manada", en grupos de decenas que pueden lanzar un ataque altamente destructivo. Muchos de los componentes de estas armas están siendo fabricados con impresoras 3-D.
Infobae especifica que el entonces secretario de Defensa Ash Carter ya había descrito algunas de estas armas en desarrollo cuando presentó el presupuesto de su área para 2017. Habló del Hyper Velocity Proyectil (HVP), un sistema de defensa antimisiles de rayos laser que puede actuar en forma autónoma y contrarrestar cualquier ataque misilítico a una velocidad nunca vista antes en un arma de guerra. "Estamos tomando algunos de los mismos proyectiles inteligentes de hipervelocidad que desarrollamos para el cañón de riel electromagnético que es otro sistema de defensa que podemos usar tanto en tierra como en barcos", explicó Carter. El cañón de riel electromagnético de la Armada además de efectivo es de un presupuesto mucho más bajo que los misiles Scud que se utilizaban hasta ahora. Usa electricidad para disparar un proyectil Hyper Velocity a más de 100 millas marinas, golpeando lo suficientemente fuerte como para dañar buques de guerra y lo suficientemente rápido como para interceptar misiles, por un costo de apenas 25.000 dólares. Un misil lanzado desde una nave cuesta, al menos, medio millón de dólares.
Por su parte, el Ejército estadounidense está desarrollando un nuevo sistema para sus tanques con la habilidad de elegir objetivos de forma inteligente y disparar antes de que la mente humana pueda reaccionar. También diseñó un sistema de misiles, llamado Misil Conjunto Aire-Tierra (JAGM), que tiene la capacidad de seleccionar vehículos para atacar sin que ningún general haya dado la orden. En marzo, el Pentágono le pidió al Congreso un adicional de su presupuesto de 367 millones de dólares para ensamblar 1.051 JAGM.
Estados Unidos no es el único país que está desarrollando estas armas. Israel tiene una industria bélica muy avanzada. Uno de sus artefactos más exitosos es el dron HARPY, que evade los radares y es capaz de lanzar misiles al mismo tiempo en varias direcciones y mucha precisión. China compró una flotilla de estos drones. Gran Bretaña desarrolló el misil Brimstone, que puede detectar tanques u otros vehículos militares en el campo de batalla y coordinar con otros misiles cuál objetivo va a atacar cada uno de ellos. Todo sin la intervención de seres humanos. Y el presidente ruso, Vladimir Putin, se jactó el año pasado de poseer submarinos nucleares autónomos de control remoto. También aclaró que "confiar en la inteligencia artificial (IA) trae oportunidades colosales, pero también amenazas que son difíciles de predecir". Sin embargo, agregó que la nación que lidere el desarrollo de la IA "se convertirá en el gobernante del mundo".
China no tiene el mismo estilo de hacer afirmaciones grandiosas, pero el presidente Xi Jinping puso nerviosos a los funcionarios estadounidenses y rusos cuando anunció en 2017 que su país se prepara para ser el líder mundial en inteligencia artificial para 2030. Ya puso en práctica un complejo sistema de vigilancia doméstica con reconocimiento facial que tiene su correlato en el Ejército Rojo. Sus armas pueden identificar enemigos entre cientos de miles de transeúntes de una gran ciudad y eliminarlos en forma selectiva.
Estos desarrollos ya desataron lo que el famoso general retirado David Petraeus denominó como una "Guerra Fría Tecnológica". El Pentágono está recibiendo enormes sumas por parte del Congreso para las investigaciones militares de inteligencia artificial. En 2016, fueron 600 millones de dólares. Un año más tarde pasaron a 800 millones. Y en marzo de este 2019, se le depositaron 927 millones. Esto, sólo para la investigación de esta área específica. La construcción de las máquinas tiene un presupuesto separado y de muchos más ceros, concluye Infobae.
Fuente: Infobae