Los aspirantes a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, se enfrentan en una "Guerra Santa" por el poder.
Gustavo Márquez / El Político
A solo días de la segunda vuelta, el tema religioso acapara toda la atmósfera electoral en el gigante suramericano.
El tema religiosos siempre ha estado presente en la actividad política. Pero en el Brasil del presente, la religión es protagonista en la arena electoral, en una nación laica, aunque con profundas raíces ancladas al catolicismo, donde —además— los evangélicos se han convertido en una fuerza de mucho peso en la sociedad.
Al punto de que poseen una importante representación en el Congreso. Por lo que ambos candidatos han hecho hasta lo imposible por arrimar a los evangélicos a sus brasas electorales, para cocinar el triunfo juntos.
Elecciones Brasil 2022: Lula con los evangélicos diciendo que está en contra del aborto y Bolsonaro haciendo actos con mujeres indígenas y negras. Pero está claro quién renuncia más. El PT lleva mucho tiempo distanciándose del aborto, también Dilma. https://t.co/YNgqXD4VCN
— Nuria Alabao (@nu_alabao) October 21, 2022
30% de los votos en la mira
Jair Bolsonaro se ha encargado de arropar a los evangélicos, así como a los sectores más conservadores de la sociedad brasileña, bajo el lema de la defensa de los valores cristianos. Al punto de utilizar la Biblia como un escudo, coreando el lema: "Brasil encima de todo y Dios encima de todos".
Y no es para menos. Los evangélicos representan el 31% del electorado. Por lo que muchos analistas han indicado que este grupo religioso podría decidir hacia qué lado se inclinará la balanza electoral, el próximo 30 de noviembre.
#ElMundo l Jair Bolsonaro aventaja Luiz Inácio Lula da Silva entre los evangélicos; la preferencia se invierte entre católicos. La división religiosa se suma a la de clases previo a la segunda vuelta electoral por la Presidencia
✍️ Mario Osava @ipsnoticiashttps://t.co/GM6jzbr7P9— Pie de Página (@PdPagina) October 17, 2022
Lula intenta despojar a Bolsonaro
la bandera de "Dios y familia"
Lula da Silva está muy consciente del poder e influencia de los evangélicos en la sociedad brasileña. Pero en la política su peso prácticamente un motivo de culto en esta contienda electoral. Al punto de que Lula da Silva ha intentado despojar a Jair Bolsonaro de la bandera del "Dios y familia".
Por eso ya al final de esta contienda electoral, Lula da Silva ha incorporado a su campaña a frailes franciscanos, monjas, sacerdotes y pastores evangélicos. Pero además, ha besado imágenes religiosas, ha entonado oraciones religiosas, ha rezado y recibido bendiciones de sus seguidores. Todo un esfuerzo para liberarse de su imagen de comunista, al rodearse de toda una parafernalia de religiosidad.
Pero el uso del elemento religioso como ingrediente electoral ha sido ampliamente rechazado y condenado por el Episcopado en Brasil. Al punto de emitir un comunicado, en el cual han criticado: "la intensificación de la explotación de la fe, como camino para captar votos, en la segunda vuelta de las elecciones".
Bolsonaro dijo que entre sus prioridades está combatir iniciativas sobre liberación de drogas y flexibilización de normas para el aborto.#Brasil #Eleccioneshttps://t.co/IzZUksfjw5
— La Jornada BC (@LaJornadaBC) October 24, 2022
El aborto como herramienta política
Otro tema clave que ha tocado Lula da Silva es el aborto. Hasta hace pocos mesas era partidario de la interrupción del embarazo. Pero ahora se retractó y lo rechaza. En un pasado reciente, había llegado a declarar que: "la interrupción voluntaria del embarazo una cuestión de salud pública".
Esta situación fue aprovechada por Jair Bolsonaro y su equipo de campaña para desacreditar a Lula da Silva ante el electorado.
En todo caso, la contienda electoral está en la recta final. Ya las oraciones fueron escuchadas y la fe que mueve montañas intenta llamar la atención del Cristo Redentor del Corcovado, en una sociedad brasileña profundamente espiritual y mágico religiosa, que lo que necesita es una buena gerencia, porque la fe no siempre mueve montañas.