El pasado 8 de julio Raúl Castro pasó un trance amargo. Tuvo que admitir ante la nación y el mundo que a causa de la situación en Venezuela se recibían menos barriles de hidrocarburos, lo que «ha ocasionado tensiones adicionales en el funcionamiento de la economía cubana». Casi al mismo tiempo, la petrolera MEO Australia dio a conocer el hallazgo de una bolsa con 8.200 millones de barriles de crudo del bueno y gases asociados en Cuba. ¿Casualidad, maniobra empresarial o regalo divino, por no decir milagro, en un país oficialmente ateo? El descubrimiento del petróleo salvador podría cambiar el futuro económico de la mayor de las Antillas después de años de dificultades. Para empezar acabaría con la dependencia del crudo chavista.
Apagones, racionamiento de gasolina, protestas por el deficiente transporte público, restricciones en el uso de aires acondicionados en comercios, comida escasa y cara, pues más del 80% de los alimentos deben importarse. Todo eso quedaría atrás cuando MEO comience a perforar y a extraer. ‘Solo’ habrá que esperar a 2018, pero es esperanzadora la sola perspectiva de disponer de petróleo «de una alta calidad potencial -sin grandes concentraciones de azufre, como la mayor parte del petróleo hasta ahora encontrado en Cuba-, y con perspectivas de recuperación de 395 millones de barriles», como dice su página web.
El informe de MEO es contundente, pero las autoridades cubanas no quieren lanzar campanas al vuelo y guardan silencio. Quizá porque una cosa es la previsión y otra la concreción de las posibilidades. Si no que se lo pregunten a Repsol. Después de 10 años invirtiendo en Cuba la petrolera española anunció el hallazgo de un bolsón millonario en aguas profundas del golfo de México, pero abandonaron argumentando que la calidad insuficiente no merecía la complicada y millonaria inversión para su extracción.
Los australianos fueron a los orígenes. Apostaron por el bloque 9, un área «tierra adentro» de 2.380 kilómetros cuadrados al este de Varadero, que combina su título de primer balneario turístico de la isla con el de ser el yacimiento más grande y una producción de 11.000 millones de barriles de petróleo donde opera desde 1991 el gigante canadiense Sherritt International. A medio camino de la provincia de Matanzas y Villa Clara está Motembo, hoy un semiperdido poblado urbano de 658 viviendas y 1.806 habitantes que pertenece al municipio costero de Corralillo (Villa Clara). Fue el primer campo petrolífero hallado en Cuba. Era 1881 y el mundo vivía la fiebre del oro negro. Aunque era propiedad de Estados Unidos, su hallazgo cambió para bien la vida social y económica de la localidad. Funcionó hasta los años 60. Entonces, dijeron que estaba seco.
Situado a 130 kilómetros de La Habana, MEO estima que en el primero de los tres pozos hay unos 8.200 millones de barriles de petróleo ligero de alta calidad en las capas más profundas de los yacimientos, situadas en torno a los 2.000 y 3.500 metros bajo la superficie. Algunos analistas consideran que el deshielo entre los Gobiernos de Barack Obama y Raúl Castro ayudó a la concreción del contrato, pero Stickland recuerda que ellos ya estaban aquí cuando Washington y La Habana reanudaron sus lazos diplomáticos.
«Bastante antes de que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos comenzaran a mejorar, MEO precalificó como operador en la isla, identificó el bloque 9 como una oportunidad altamente puntuada y negoció directamente con la compañía cubana de petróleo».
Oro negro venezolano
Primero se emplearán 18 meses de estudios. Si el pronóstico se cumple sería un ‘pelotazo’ para Cuba, que según el profesor Ricardo Torres consume 8,2 millones de toneladas de petróleo. Una tonelada tiene 7 barriles. Calculando por día, equivalen a 157.000 barriles de petróleo diarios. La producción isleña es de 68.000. El resto, unos 90.000, llegaban gracias a los acuerdos con Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA). En los buenos momentos la cifra llegó a más de 100.000. Pero aunque el presidente comunista no lo concretó, el recorte rondaría el 20% respecto a 2014, lo que según datos extraoficiales el suministro estaría por debajo de los 80.000 barriles.
Según los cálculos de MEO y CUPET se extraerían un millón de barriles diarios, lo que supone que tras descontar costes y beneficios de los australianos, darían a Cuba petróleo suficiente para satisfacer su creciente demanda doméstica, reducir importaciones, como reitera machaconamente el general Castro, y exportar excedentes. La mala noticia es que habrá que esperar aún cinco años. Un plazo demasiado largo para las acuciantes necesidades de un pueblo que rumia pesimismo entre rumores del regreso de «otro periodo especial» y de más «recortes en la economía» entre voces del mismo partido pidiendo más transparencia pública.
Con información de La Roja