La guerra iniciada por Rusia en Ucrania está cambiando el debate en cuanto a aumentar la cantidad de armamento militar estándar.
El Político
Las compañías de defensa han visto cómo desaparecía la financiación en los últimos años, a medida que la corriente iba en contra de esa controvertida industria.
Tanto los inversores minoristas como los institucionales aspiran a colocar su dinero en compañías que tomen en cuenta criterios conocidos con el acrónimo ESG, es decir, criterios medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa (environmental, social and corporate governance), además del rendimiento financiero, reportó El Espectador.
Industria armamentista ganadora de la guerra
La Comisión Europea quiere apoyar esa tendencia con su taxonomía social, parte del Pacto Verde europeo, un sistema clasificatorio que establece una lista de actividades sostenibles desde el punto de vista ambiental.
Esa regulación, que se está desarrollando actualmente, y probablemente se siga desarrollando dentro de unos años, definirá qué actividades económicas se consideran "verdes”, y también calificarán para un financiamiento especial de la UE.
Muchos marcos ESG que utilizan los fondos de inversión sostenibles, aunque no todos, excluyen las acciones de las empresas de la industria aeroespacial y de defensa debido a su papel en la producción de armamento. Sin embargo, la guerra en Ucrania ha puesto la industria armamentística bajo una luz diferente.
Mientras los gobiernos buscan respaldar a Ucrania sin comprometerse directamente con Rusia, entregar armamento de última generación se ha convertido para las potencias militares en una de las formas más poderosas de demostrar apoyo.
El precio de la guerra
Un reciente informe de la Red Europea Contra el Comercio de Armas (ENAAT, por sus siglas en inglés) y el Instituto Transnacional (TNI) incide precisamente en el asunto del gasto militar al calor de la invasión rusa en territorio ucraniano.
"En un momento decisivo, en respuesta a la guerra de Ucrania, la UE ha anunciado que, por primera vez, financiará y proveerá armas letales a Ucrania a través del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz. Si bien este movimiento no tiene precedentes, tampoco es inesperado. La UE ha estado trazando un camino militarista desde hace bastantes años", destaca el documento.
Entre otros puntos, señala que el Fondo Europeo de Defensa (EDF) tiene un presupuesto sin precedentes de 8.000 millones de euros para la investigación y el desarrollo de productos militares, mientras que uno de sus programas precursores, la Acción Preparatoria para la Investigación en Defensa, cuenta con una dotación de 90 millones de euros.
La cifra se eleva hasta los 500 millones de euros en el caso del Programa Europeo de Desarrollo Industrial de la Defensa, dirigido a "financiar el desarrollo de equipos y tecnología" del ámbito militar.