Insólitamente, los republicanos y demócratas encontraron algo en lo que están de acuerdo: a ninguno les cayó muy bien enterarse de la controvertida reunión privada de esta semana entre la Procuradora General Loretta Lynch y el expresidente Bill Clinton en un aeropuerto de Arizona.
Lynch aseguró que se trató de un encuentro imprevisto en su avión del gobierno en Phoenix. Según la fiscal, el expresidente estaba esperando su vuelo cuando el avión de Lynch aterrizó por casualidad, así que la procuradora y su marido lo invitaron para una charla casual.
"Nuestra conversación fue sobre todo acerca de nuestros nietos. Principalmente sobre asuntos sociales y nuestros viajes", afirmó Lynch en una conferencia de prensa el pasado martes.
Pero la reunión generó una oleada de criticas desde todos los espectros políticos. Y es que el encuentro eleva fuertes dudas sobre la independencia del Departamento de Justicia que este momento investiga la seguridad del servidor de correos electrónicos de Hillary Clinton, el cual utilizó para llevar a cabo asuntos del gobierno confidenciales mientras se desempeñaba como secretaria de Estado.
Sobre dicha reunión, Hillary Clinton opinó "Bueno, fue una reunión corta, que se produjo de manera fortuita, y en la que no discutió la revisión (de la investigación) por el Departamento de Justicia. Y sé que algunos, sin embargo, la han visto de manera diferente. Pero tanto la Fiscal General y como mi marido han dicho que no lo volverían a hacer. Y el fondo del asunto, para mí, es que respeto el profesionalismo y la integridad de la funcionarios del Departamento de Justicia en el manejo de este proceso".
Con información de Univisión