El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, destacó ante la ONU que la crisis de refugiados y los flujos migratorios son "un problema global" que ha provocado que las fronteras políticas pierdan "importancia".
En su discurso anual ante la Asamblea General de la ONU, Hernández aseguró que su país, origen de emigrantes que huyen de la violencia y la pobreza, ha visto "de manera preocupante" cómo este año aumentaba "el flujo migratorio" por su territorio de personas en su mayoría del continente americano, "pero también de otros".
"En solo un año, los flujos migratorios han aumentado en un 300 % en nuestro territorio", aseguró Hernández.
La migración es un problema "cada vez más de orden trasnacional", a raíz del cual "se ha reducido la importancia de fronteras políticas", y el crimen organizado tampoco tiene "nacionalidad ni escrúpulos", argumentó.
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"Los desafíos que afrontan países como Honduras son producto de decisiones tanto públicas como privadas, que tienen origen trasnacional y deben resolverse trasnacionalmente", subrayó.
Hernández, que llegó al poder en enero de 2014, hizo balance de sus 32 meses en el cargo, y defendió que se ha reducido el déficit fiscal, la economía ha crecido de forma "sostenida" y se han empezado a combatir las causas de raíz que generan la emigración.
"Hemos iniciado una lucha contra corrupción y la impunidad, que ha sido una de nuestras principales preocupaciones, y ya hemos tenido éxitos notables", aseveró.
También se han "salvado miles de vidas" al combatir la inseguridad ciudadana, y hoy Honduras ya no es "ni el primero, ni el segundo, ni el tercero, ni el cuarto ni el quinto país mas violento del mundo, de acuerdo al índice global de paz".
"Pero reconozco que lo que queda por hacer es todavía más grande. No debemos quitar nuestra vista del futuro, ni perder el rumbo ni abandonar el camino bueno que hemos emprendido", destacó.
Con información de EFE