Nur Islam, un joven de 22 años oriundo de Birmania, se desesperó a la hora de sacar dinero de un cajero automático en una sucursal del Commonwealth Bank en Springvale, Melbourne (Australia). La espera se prolongó lo suficiente como para que el joven abandonara el intento y decidiera prender fuego el banco en un acto de venganza.
El incidente tuvo lugar en noviembre del año pasado, pero el video de las cámaras de seguridad ha sido publicado a principios de esta semana. Cansado de esperar, Islam, que se encontraba en Australia con un visado transitorio, se dirigió a una gasolinera cercana, compró combustible y volvió para arrojarlo en la entrada del edificio. Enseguida se vio envuelto en llamas y corrió hacia el interior.
El incendio dejó 29 heridos, cuatro de ellos de gravedad, además de causar daños por unos 3 millones de dólares, indica la Corporación de Radiodifusión Australiana. Islam sufrió graves quemaduras en el 60 % de su cuerpo y pasó 4,5 meses en un hospital.
El joven se declaró no culpable de 108 cargos que lo incriminan, entre otros, de infligir daños corporales intencionadamente, comportamiento que pone en peligro la vida, y daño criminal. Interrogado por la Policía, admitió haber comprado el combustible e incendiado el banco para vengarse.
Su abogado afirma que no hay pruebas suficientes de que la intención de su cliente haya sido provocar daño a los demás y el proceso judicial todavía sigue en curso. El joven será sometido a una evaluación de salud mental durante las próximas semanas.
Con información de RT