La incertidumbre vuelve a reinar en la economía venezolana con la implementación de un nuevo impuesto que, de acuerdo con el régimen, buscaría frenar la dolarización .
Mario Beroes/El Político
También aspira aumentar el uso del bolívar en un momento bisagra luego de salir de la hiperinflación, según las cifras del Banco Central de Venezuela (BCV).
¿Impuesto o castigo?
El lunes 28 de marzo entró en vigencia la modificación del impuesto a las grandes transacciones financieras (IGTF), un gravamen exclusivo para operaciones entre empresas que comenzó a operar en 2015.
Se estima que este impuesto representa el 13% de toda la recaudación de impuestos.
Entre los cambios, ahora se establece una alícuota de 3% para todas las operaciones en divisas en efectivo o criptomonedas por fuera del sistema financiero nacional.
También un gravamen entre el 2% y 8% para aquellas operaciones dentro del esquema.
Sin embargo, mientras los comercios la aplican a ciegas, o no aceptan dólares, las autoridades tributarias no han determinado claramente las nuevas reglas.
De hecho, la AN oficial, acaba de hacer un cúmulo de revisiones a la mencionada ley.
“Hay mucha incertidumbre sobre cómo se aplicará este impuestos en las empresas venezolanas, sobre todo qué se considera pago en divisas," explicó Albani Granado, economista empresarial de la Universidad Metropolitana.
"Como Venezuela es una economía dolarizada informalmente, este fenómeno es meramente transaccional”,
Sin efectivo e IVA del 16%
El economista venezolano Luis Olivares sostiene que el problema de cobrar el 3% a pequeños montos radica en que en el país no hay efectivo ni tampoco monedas.
“Si compra algo por $ 10, el 3% sería 0,30% y la pregunta es cómo haces para pagar eso, ciertamente ahí comienzan los inconvenientes.”
Vale la pena aclarar que este nuevo impuesto se suma al IVA del 16% que rige actualmente.
De acuerdo con estudios de la consultora Ecoanalítica, se calcula que en la economía del vecino país circulan $ 3.200 millones, de los cuales $ 2.600 millones lo hacen fuera del sistema cambiario.
Apenas quedan unos $ 600 millones dentro de las cuentas oficiales.
Asimismo, otro informe de la firma sostiene que aproximadamente el 67% de los pagos en el país se realizan en divisas.
El 51% se hace en efectivo, el 31% en plataformas como Zelle, el 11% por tarjetas de débito o crédito internacionales, (que sí pasan por el sistema financiero local) y transferencias en dólares dentro del esquema.
Otro 4% se realiza por billeteras digitales.
El régimen busca más pechaje
“El gobierno está intentando aumentar los costos de hacer transacciones en dólares fuera del sistema y de alguna forma incentivar a que se hagan dentro del mismo porque las tarjetas de créditos internacionales ni las cuentas en divisas locales de personas naturales están exentas”, dijo el economista de Ecoanalítica, Jesús Palacios Chacín.
“El Gobierno busca aumentar la bancarización de esos dólares y el mayor uso del bolívar”, agregó.
Esta dinámica también la plantea el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), un organismo independiente. De acuerdo con su más reciente informe de dolarización, fechado en febrero pasado, el 99,2% de los precios en el país están dolarizados, aunque se expresen en bolívares.
Asimismo, el 51% de los comercios utilizan efectivo y otros instrumentos financieros en divisas para cobrar a los clientes.
A pesar de ello, el bolívar “sigue siendo la moneda más usada para cobrarle a clientes”, sin embargo, en el último trimestre su exigencia cayó del 57% al 49,8%.
La dolarización tampoco escapa de las distintas realidades por las que también atraviesa el país y sus niveles de adopción varían de acuerdo a la ciudad, por lo que el impacto de la nueva medida será diferente.
Más del 50% de los pagos comerciales en Caracas se hacen en dólares, dijo el OVF, mientras que en Maracaibo (Zulia) este porcentaje llegaría al 86%.
¿Qué busca el régimen?
El proceso de dolarización es indetenible y no va a frenarse de lleno por la entrada de este nuevo impuesto y, por el contrario, generará distorsiones e incrementará la informalidad y el precio de los productos.
“El gobierno está aplicando este impuesto para desincentivar la dolarización, yo lo veo con espacio limitado."
La dolarización es indetenible porque el BCV perdió toda credibilidad para combatir la inflación , preservar el valor de la moneda y estabilizar la economía del país”, explica Albani Granado.
A su turno, el economista Luis Olivares dijo que “el Gobierno habla de que el objetivo es aumentar la recaudación, pero para eso con aumentar el IVA tenían".
Hay un objetivo de tratar de frenar la dolarización y ciertamente parece un objetivo contradictorio”.
Este nuevo impuesto generará un impacto en la estructura de las empresas y, además, puede forzar a una mayor informalidad.