Al menos una decena de autobuses fueron incendiados el pasado miércoles en Natal, capital del estado brasileño de Río Grande do Norte, donde a pocos kilómetros se realizó el traslado de unos 200 presos que estaban amotinados desde que se produjo un enfrentamiento con una banda rival, el cual dejó 26 muertos.
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Las autoridades estatales investigan si los vehículos quemados tienen relación o son una respuesta a la transferencia de los presos de la Penitenciaria Estatal de Alcaçuz, en Nisia Floresta, ciudad de la región metropolitana de Natal, según señaló la Policía Militar.
El Gobierno de Río Grande do Norte transfirió el pasado miércoles a unos 200 presos supuestamente ligados a la facción Sindicato del Crimen (SDC) en una operación en la que participaron agentes del Batallón de Operaciones Especiales (Bope) y de la Policía de choque.
Con esta acción, las autoridades esperan retomar el control del penal, pues desde hace tres días los internos viven amotinados y en varias ocasiones se ha visto cómo integrantes de la banda Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor facción del país, y miembros del SDC se subían a los tejados con banderas, palos y camisas en las cabezas.
En paralelo al traslado, encapuchados prendían fuego a autobuses de transporte público y hasta a un vehículo del Gobierno estatal en las calles de Natal y en varias regiones metropolitanas.
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Un vídeo difundido por las redes sociales muestra a dos personas con el rostro tapado con camisetas en el que afirman que van a comenzar a crear disturbios en las calles y que las prisiones del estado "son del SDC".
También amenazaron al gobernador de Río Grande do Norte, Robinson Faria, para que expulse a los presos del PCC, porque de lo contrario comenzarán a "matar a policías".
El pasado sábado se registró una matanza supuestamente comandada por el PCC en el penal de Alcaçuz, donde murieron 26 prisioneros vinculados al SDC, la mayoría decapitados o carbonizados.
Por otro lado, un grupo de familiares de los reclusos de esa cárcel protestaron en los alrededores de la misma contra la transferencia de sus seres queridos y prendieron fuego a algunos objetos.
Desde que comenzó el año, más de 130 presos han sido brutalmente asesinados en el interior de diferentes cárceles de Amazonas, Roraima y Río Grande do Norte en enfrentamientos entre bandas criminales rivales, que se suman a los habituales problemas de hacinamiento y las pésimas condiciones del sistema penitenciario de Brasil.
Con información de EFE