El industrial oriundo del Líbano, Abdallah Chatila tuvo un gran gesto con Israel, decidió comprar en una subasta varias piezas personales de Adolf Hitler -realizando una gran inversión- y se las donó a esa nación, para que no "caigan en manos equivocadas".
El Político
Una de las acciones que quiso evitar el empresario libanés es que esos objetos fuesen adquiridos por neo nazis, ya que ese tipo de grupos los consideran de gran valor, informó israelinternacional.com.
Entre las piezas que adquirió Chatila se encuentra un sombrero que perteneció a Adolf Hitler, estos objetos estarán en Israel en los próximos días para integrar la colección del Museo del Holocausto Yad Vashem.
En este momento están en Alemania ya que están realizando todos los trámites burocráticos para lograr su traslado a Israel.
Sobre su motivación para adquirir estos objetos, Chatila explicó en Jerusalén, que se debió a que "podían caer en las manos equivocadas, no tenía otra opción que ayudar. Intenté parar la subasta y como no pude, compré alguno de los objetos".
Por su parte, el presidente del Museo del Holocausto Yad Vashem, Avner Shalev, admitió que esas piezas son "muy sensibles".
Destacó que el objetivo de tenerlos en el museo era justamente evitar que neonazis lo obtuvieran.
La Subasta
La casa de subastas Hermann Historica, ubicada en Múnich, decidió vender en noviembre varios objetos personales de Hitler, entre ellos un ejemplar de «Mein Kampf (Mi lucha), por 130.000 euros y un sombrero de copa por 50.000 euros.
Otras de las piezas del dictador ofrecidas al público fueron una fotografía dedicada a un amigo de su infancia, que se ofreció por 46.000 euros; una carta escrita en 1908 por el propio Hitler por 80.000 euros; una cubertería personal en la cual cada pieza se subastó por 1.000 euros; una caja de cigarros y una máquina de escribir.
Solamente dos objetos del dictador que fueron subastados no pudo adquirirlos el empresario libanés.
Comentó que lo primero que se le ocurrió hacer con esos artículos era «quemarlos», porque para él significan la «personificación del diablo», pero finalmente decidió donarlos a la organización judía, Keren Hayesod, y esta al Museo del Holocausto.
Sobre el costo total que invirtió en la Subasta para adquirir esos objetos, Chatila comentó que fueron cerca de 600.000 dólares, pero esa cantidad no la ve "como dinero, sino como un símbolo".
Agregó el empresario que vive en Suiza, "Queremos tolerancia y es el mensaje que quiero enviar. No solo con las diferentes religiones, sino con los vecinos, con los amigos, con la familia. La tolerancia está antes que la paz".