“Fraude y simulación”. Así califica Héctor Schamis, autor de un artículo difundido en el sitio digital informativo argentino Infobae, el desarrollo de las elecciones regional en Venezuela, las cuales compara con las se realizan en otras naciones cercanas como Cuba, Nicaragua y Bolivia.
El Político
En su análisis noticioso, Schamis estima que los sufragios venezolanos resultaron en suerte de superproducción fílmica como pocas, con múltiples funciones en diferentes países. Aduce que el guion resulta igual. Y que la escenografía, maquillajes y vestuarios son muy parecidos. “El elenco varía según la plaza, naturalmente, ya que la presentación de la obra en simultáneo tiene audiencias disímiles. Es decir, es un proyecto con un texto inalterable, solo cambian los nombres propios”, comenta.
Más adelante considera: “La obra podría llamarse ´Fraude y simulación”, elecciones amañadas al servicio de un sistema de partido único. En Cuba así lo dispone la Constitución. Solo el Partido Comunista tiene reconocimiento legal. Idea exportable. Sin embargo en otros países del continente ocurre de facto. Lo cual supone vulnerar sus respectivos ordenamientos constitucionales y revertir la historia de elecciones competitivas.
A su modo de ver, el analista comenta que algo similar ocurrió en Bolivia en 2019, la semana pasada en Nicaragua y hoy en Venezuela. Entre otras conclusiones, añade que únicamente en el papel existe un marco institucional con un régimen plural de partidos, derechos y garantías individuales. Ni adecuada independencia, equilibrio y límites a los poderes públicos. Tampoco respeto al calendario constitucional y normas relativas a la reelección y la alternancia en el poder de manera estable y definida.
[OPINIÓN] Fraude y simulación: ahora Venezuela | Por
Héctor Schamis https://t.co/dwVIfmibhC— infobae (@infobae) November 21, 2021
Elecciones ni libres ni justas
Para el autor bonaerense, en Venezuela en la práctica no hay condiciones capaces de garantizar elecciones libres y justas con un régimen plural de partidos. Que es un requisito indispensable para que la competencia electoral tenga vigencia y significado. De ahí que, de manera creciente, varias elecciones en la región se llevan a cabo en la opacidad. Otro ejercicio de simulación democrática que ya es costumbre.
Se explica: “Es costumbre porque, entre otros, la autoridad electoral, el CNE, está controlado por apparatchiks del partido oficial. El registro electoral no está actualizado. Hay presos e inhabilitados políticos. Más de 4 millones de ciudadanos mayores de 18 años fuera del país no votaron. El sistema de transmisión electrónica es dudoso, en el mejor de los casos. Y hay censura e inequidad en el acceso a los medios de comunicación”.
Considera además que no existe observación electoral en sentido estricto. La presencia de observadores califica más como “acompañamiento electoral”. El Alto Representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea envió una misión. A pesar de aquel informe de sus propios expertos filtrado a la prensa en el que señalan la inexistencia de condiciones apropiadas para una elección democrática. Y advierten acerca del riesgo probable de terminar legitimando al régimen de Maduro.
“Curiosamente, Borrell descartó observar las elecciones en Nicaragua por ser ´una farsa´ bajo Ortega. Pero sí lo hace con las elecciones bajo la dictadura de Maduro, cuyo record de fraude es tan o más amplio que el de Ortega. Así llegó a Venezuela la mentada misión, aun a sabiendas que las elecciones en Venezuela no son como en Suiza, ´pues nadie puede pretender que lo sean´, según él mismo declaró”, precisa.
Fuente: Infobae