El cerco sobre el hijo del ex presidente de Honduras Porfirio Lobo se va cerrando a medida que avanza la investigación. Los últimos en ser detenidos han sido cinco policías hondureños con los que se reunió para negociar en Haití un cargamento de cocaína con rumbo a Estados Unidos. Los cinco agentes, comisarios e inspectores, se entregaron el lunes en la base militar de Palmerola, que EEUU tiene en el país centroamericano, y unas horas después ya estaban en una corte de Nueva York.
Todos ellos se declararon no culpables del cargo que se les imputa. Un sexto policía está huido.
Según la fiscalía de Manhattan los policías apoyaron operaciones de tráfico de drogas al aceptar sobornos de 1’8 millones de dólares del cartel de Sinaloa a cambio de ofrecer protección para que la cocaína fuera transportada, vía Honduras, a Estados Unidos.
De acuerdo con la Fiscalía, Fabio Porfirio Lobo, hijo del ex mandatario hondureño, participó en reuniones con los policías y con agentes encubiertos del Departamento Antidrogas de EEUU (DEA) que él pensaba que eran traficantes mexicanos.
En el mes de mayo Lobo se declaró culpable y el ex mandatario admitió que “ningún padre querría verse en una situación parecida” al ver a su hijo a un paso de ser condenado.
Los vínculos del pequeño Lobo con el crimen organizado vienen de larga data. En la prensa hondureña lo vinculan al sanguinario cartel de Los Cachiros, la sucursal en Honduras del Cartel de Sinaloa manejada por El chapo Guzmán. Pero la DEA le pisaba incluso antes de que llegara al poder en 2010 tras el golpe de estado contra Manuel Zelaya encabezado por Roberto Micheleti. Según Insight crime, una web dedicada al análisis del crimen organizado en la región, Los Cachiros habrían trabajado también con Los Zetas y el Cartel del Golfo.
Según la acusación formal, en junio del 2014 Lobo hizo de intermediario en Haití entre dos individuos que él pensaba que eran traficantes de droga mexicanos a los seis policías. Durante la reunión, grabada en video, los agentes desplegaron un mapa de Honduras y señalaron dónde se encuentran los puestos de control que tiene la policía y las rutas que debería seguir el supuesto cargamento de varias toneladas de cocaína que estaban preparando. Los policías también accedieron a recibir pagos de aproximadamente 100.000 dólares a cambio de ofrecer seguridad con armas para el tránsito de la droga, señala la fiscalía. Lobo portaba entonces un pequeño paquete con cinco kilos de cocaína a modo de muestra.
Actualmente enfrenta Fabio Porfirio Lobo se expone a una condena de entre diez años y cadena perpetua. El acusado permanece detenido desde que llegó a Estados Unidos hace más de un año.
Con información de El País