El enriquecimiento del uranio 235, paso previo para fabricar una bomba atómica, es considerado inaceptable por los firmantes del programa nuclear de 2015.
Apolinar Martínez/El Político
"Dentro de algunas horas", necesarias para resolver detalles técnicos, Irán reanudará el enriquecimiento de uranio 235 a un nivel de pureza superior al 3,67%, declaró a la prensa Behruz Kamalvandi, portavoz de la organización iraní de energía atómica, sin precisar el nuevo nivel.
Así respondió la República Islámica a la decisión del presidente Donald Trump de sacar unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo, en mayo de 2018, y de restablecer las sanciones contra la República Islámica que se habían retirado gracias al pacto.
Ese sólo anuncio, en momentos en que se tensa la situación en el Medio Oriente, es advertencia muy seria a los firmantes del acuerdo nuclear, China, Rusia, Estados Unidos, Alemania, Francia y el Reino Unido, que Irán, el otro firmante estaría dispuesto a lo que sea para llevar adelante su proyecto nuclear.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) convocó a una reunión extraordinaria el 10 de julio, a petición de Estados Unidos, para analizar las excepciones del acuerdo alcanzado en Viena en julio de 2015.
"Esperamos poder encontrar una solución, de lo contrario en 60 días comenzaremos" otra fase del plan de reducción de compromisos de Irán, agregó a la prensa Abbas Araghchi, viceministro de Relaciones Exteriores.
Estados Unidos reacciona
El secretario de Estado Mike Pompeo fue enfático al señalar que "la última expansión del programa nuclear de Irán llevará a más aislamiento y más sanciones".
"Las naciones deben restaurar el estándar mantenido durante largo tiempo que fijaba que Irán no podía enriquecer (uranio) dentro de su programa nuclear. El régimen de Irán, armado con armas nucleares, representaría un peligro aún mayor para el mundo", manifestó el titular de Exteriores.
Los europeos comprometidos
Para los firmantes europeos del pacto, la situación es delicada, cuando en mayo de 2018, el presidente estadounidense, Donald Trump, retiró a su país del pacto y, como resultado, ha vuelto a imponer sobre Irán todas las sanciones que habían sido retiradas, los europeos se comprometieron a garantizar los beneficios económicos del acuerdo para Irán e intentaron crear un mecanismo llamado "Apoyo al intercambio comercial", destinado a sortear las sanciones de Washington para facilitar el comercio con Teherán.
Irán cree que ese mecanismo es positivo, pero insuficiente.
Por eso, en mayo, cuando se cumplía un año de la salida de EE.UU. del acuerdo, el presidente iraní, Hassán Rohaní, dio un ultimátum de 60 días al resto de países firmantes (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania), al advertirles de que Irán iba a comenzar a violar el pacto si no le garantizan sus beneficios económicos.
Esta semana, Irán cumplió sus amenazas y, por primera vez, violó el pacto nuclear al exceder sus existencias de uranio enriquecido.
El enriquecimiento del uranio, que apenas pueden realizar poco número de países, es una amenaza sin embargo para el mundo entero. Porque la bomba atómica no respeta pactos. Por eso el asunto debe manejarse seria y profundamente