El pasado lunes un individuo con un hacha atacó a cuatro pasajeros en un tren de Alemania. Esta mañana trascendió la noticia que el autor, un afgano, representaba al Estado Islámico, quien a su vez asumió el hecho.
Maryann H. León / El Político
Cuando aún no se ha apagado la conmoción por el atentado del pasado jueves en Niza (Francia), un afgano de 17 años que entró en Alemania como refugiado hirió en un tren en el sur del país a cuatro pasajeros, tres de ellos de gravedad.
El atacante guardaba en su habitación un dibujo de una bandera del ISIS, según ha informado el ministro de Interior de Baviera, Joachim Herrmann. El joven murió a manos de la policía cuando trataba de darse a la fuga.
El Estado Islámico ha asegurado que el joven autor del ataque era uno de sus combatientes, llamados a responder a los países que combaten el terrorismo en Siria e Irak, según ha publicado la agencia Amaq, ligada al grupo. Sin embargo, el ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann, ha declarado en rueda de prensa que no hay indicios de que el agresor tuviera una relación directa con el ISIS, sino que pudo haberse radicalizado recientemente.
Varios testigos del ataque pudieron avisar a la policía y al maquinista, que detuvo el tren, que circulaban entre las poblaciones bávaras de Treuchlingen y Wurzburgo, en uno de los barrios de esta última localidad. Un comando especial de la policía que estaba en la zona por casualidad abatió al afgano cuando los agentes le vieron huir del convoy fuertemente armado.
Herrmann informó de que el agresor era un afgano de 17 años que había llegado hace poco a Alemania, donde entró sin familia como solicitante de asilo. Hasta ahora vivía con una familia de acogida en Ochsenfurt, pequeña localidad situada a unos 20 kilómetros de Wurzburgo. En la habitación del joven fue encontrado un dibujo de una bandera del Estado Islámico y un texto escrito en pastún, con grafías árabes y latinas, que está siendo analizado.
El ministro también mencionó que el ataque podría estar relacionado con Niza, teniendo en cuenta que en este tipo de atentados es posible que aparezcan “imitadores”. Cuando el tunecino Mohamed Lahouaiej Bouhlel se llevó por delante con un camión la vida de 84 personas el pasado jueves en la ciudad francesa, el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) tardó dos días en reivindicar el atentado.
Peligro de atentados
Alemania ha vivido los últimos meses alarmada ante las noticias de yihadistas que habían viajado a Siria desde suelo alemán. Pese a que por ahora, todos los anuncios de atentados han sido falsas alarmas, las autoridades avisaban de un peligro latente. El ministro del Interior, Thomas de Maizière, había alertado hace poco del creciente riesgo de ataques en suelo europeo. “Creemos que el autodenominado Estado Islámico responderá a su pérdida de fuerza en Siria e Irak con más incursiones en el continente”, había dicho el ministro a finales de junio.
Si se confirma el móvil islamista del ataque, la tensión en Alemania crecerá después de haber acogido el año pasado a un millón de solicitantes de asilo, la mayoría de ellos de países de religión musulmana. Una reciente encuesta elaborada por la Fundación Mercator y la Universidad de Bielefeld mostraba que una mayoría de alemanes cree que la llegada de refugiados al país aumenta el riesgo de atentados en suelo alemán.
La canciller Angela Merkel tuvo que resistir grandes presiones el año pasado, especialmente desde Baviera, para no cerrar la frontera alemana y evitar así la entrada de solicitantes de asilo, una negativa que le supuso un fuerte desgaste interno.
La llegada de refugiados se ha desplomado en los últimos meses. Esta caída en los flujos migratorios se debe en parte al acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Turquía, pero en mayor medida al cierre de la ruta de los Balcanes iniciado por Austria y seguido por el resto de los países de la ruta en decisiones tomadas a espaldas de Merkel.
Con información de El País