El primer ministro, Benjamin Netanyahu imposibilitado de formar gobierno ha devuelto el mandato al presidente, quien decidirá entre Gantz o nuevas elecciones
El Político
Sobre el presidente Reuven Rivlin, recaerá ahora la decisión o de entregarle la responsabilidad a Benny Gantz, líder del partido “Azul y Blanco”, o llamar a nuevas elecciones, lo que serían las terceras de este mismo año.

El primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu, comunicó formalmente que no fue capaz de formar gobierno y devolvió al mandato al presidente del país, quien dijo que planeaba trasladar el encargo al líder opositor Benny Gantz.
Si el presidente efectivamente lo hace, para lo cual tiene 72 horas de plazo, será la primera vez en más de una década que un político que no sea el cuatro veces premier Netanyahu intentará formar gobierno en Israel.
Ahora bien «Azul y Blanco» obtuvo 33 escaños en las pasadas elecciones, uno más que el Likud, pero el sistema israelí obliga a la formación de coaliciones y ninguno de los dos partidos tiene claros sus apoyos para superar la barrera de los 61 diputados.
Ello indica claramente que para formar gabinete Gantz requerirá el apoyo del Likud de Netanyahu. Nada fácil como puede apreciarse
Disolución del Knesset
A última hora se conoció que tras la imposibilidad del primer ministro de formar una coalición de Gobierno, el Parlamento votó por disolverse, lo que lleva al país a nuevas elecciones el próximo septiembre. Los israelíes deberán, sí o sí, retornar a las urnas por tercera vez en un año, tras haberlo hecho el pasado mes de abril y en septiembre
Minutos después de que se agotase el plazo para constituir un acuerdo de Ejecutivo, Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí en funciones, logró que el Parlamento aprobara por mayoría (74 a 45) su disolución, evitando así que el presidente, Reuvén Rivlin, le asigne la tarea a otro parlamentario, previsiblemente a su principal rival, Benny Gantz.
Rivlin había avisado previamente que, de no formarse un Gobierno, tendría que decidir entre asignar la tarea a otro diputado o convocar nuevamente los comicios, pero el voto de esta noche deja sin efecto la voluntad presidencial e implica que los israelíes deberán, sí o sí, retornar a las urnas por segunda vez en un año, tras haberlo hecho el pasado nueve de abril.
Es la primera vez que se da esta situación desde la creación del Estado, que deberá afrontar grandes gastos para la organización de la elección e importantes pérdidas por un nuevo día no laborable a nivel nacional.
Los líderes del principal partido opositor, Azul y Blanco, que lidera Gantz y desde hace días insistían con que se le asignara la formación de un gobierno a otro parlamentario, se mostraron decepcionados con la votación y acusaron a Netanyahu de atentar contra la democracia.
La disputa que obstaculizó la formación de una coalición, y que ya había desencadenado la convocatoria anticipada de las últimas elecciones, gira en torno al texto de la ley de reclutamiento al servicio militar obligatorio para los judíos ultraortodoxos.
La ley fue exigida por el partido Israel Nuestro Hogar, liderado por el exministro de Defensa Avigdor Lieberman, y rechazada por los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torá, todos ellos miembros clave de la coalición que Netanyahu trató de montar.