El asesinato del segundo comandante de Hamás, Saleh al Arouri, dejó en evidencia que Israel nunca vacila en su determinación por perseguir y neutralizar a sus enemigos.
El Político
Como en la época de los cazadores nazi Israel una actitud igualmente intransigente hacia los terroristas palestinos responsables de llevar a cabo la masacre de los atletas israelíes que participaron en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972.
Ahora aquellos responsables de los horribles actos cometidos el pasado 7 de octubre contra civiles israelíes parecen estar dispuestos a enfrentar una retribución similar, a medida que las fuerzas de seguridad de Israel intensifican sus esfuerzos para eliminar por completo a este grupo terrorista palestino.
Israel es conocido por mantener una política discreta y no hacer comentarios públicos sobre sus operaciones de inteligencia. Sin embargo, Hamás rápidamente señaló a los israelíes como responsables del asesinato de Saleh Al-Arouri, el subdirector del politburó del grupo terrorista, quien tenía una recompensa de cinco millones de dólares por su captura.
El asesinato de Arouri en territorio Iraní ocurre en un gran momento para Israel en el que está incrementando sus esfuerzos para desmantelar la jerarquía de mando de Hamás.
El hecho de que Israel parezca dispuesto a extender su campaña a los países vecinos, demuestra lo decidido que está Israel con acabar con el grupo terrorista Hamás donde quiera que estén ubicados sus escondites. A esto se le suma la advertencia expresidente estadounidense, Ronald Reagan “se puede correr, pero no esconderse”.
¿Puede existir un conflicto a gran escala en el medio oriente?
Hasta ahora todo indica que Israel no se siente intimidado por las amenazas de los líderes de varios países, con afinidad al grupo terrorista Hamás, sobre una posible escalda del conflicto.
Aunque Irán y sus aliados han advertido en varias ocasiones convertir el conflicto de Gaza en una guerra más amplia, estas amenazas parecen ser poco más que habladurías. Tanto Hezbollah como Irán han emitido advertencias similares en el pasado sin llegar a concretar acciones.
El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, dejó en claro durante su reunión con el jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, en noviembre, que Irán no tenía intención de ir a la guerra con Israel. Además, se quejó de que Hamás no había informado previamente a Teherán sobre sus planes de ataque. Esto sugiere que Irán no está dispuesto a involucrarse en un conflicto directo con Israel.
Por otro lado, los aliados clave de Hamás también enfrentan dificultades internas que limitan su capacidad para apoyar la guerra contra Israel. Por ejemplo, el reciente ataque con bomba en Irán, dirigido a una multitud que conmemoraba el aniversario del asesinato del comandante de la Guardia Revolucionaria Qasem Soleimani, muestra la fragilidad del régimen iraní.
Los enemigos de Israel no están en posición de involucrarse en un conflicto directo, ya sea por falta de voluntad o por dificultades internas. Esto se debe a que saben que una confrontación con Israel resultaría en una derrota rotunda.