El próximo 23 de marzo en Israel sus habitantes depositarán otra vez sus votaciones, sin la certeza de tener que acudir a un quinto escrutinio electoral.
El Político
Sin haberse aprobado el pasado 23 de diciembre el presupuesto nacional, el Parlamento de Israel (Kneset) debió disolverse automáticamente. En consecuencia: un nuevo llamado electoral.
Así lo determina tanto la ley como el acuerdo de unidad entre el primer ministro, Benjamin Netanyahu, y el líder de la oposición y ministro de Defensa, Benny Gantz.
Netanyahu acusa a Gantz por adelantar las elecciones y de actuar como "un gobierno dentro del gobierno". Así como de llevar al país a las mesas comiciales en el transcurso del COVID-19.
Israel: sin presupuesto ni mandato
Sin el presupuesto nacional, en Israel no es posible llegar hasta noviembre del 2021 con la conformación de un gobierno conjunto. Y de esta forma evitar otorgarle a Gantz el mandato nacional.
Entre juicios y elecciones
Gerald Steinberg, especialista en Ciencias Políticas de la Universidad de Bar Ilan, declaró al diario El Tiempo de Bogotá que si Netanyahu dejaba de ser primer ministro, se suponía que los tribunales podrían llegar a forzarle a renunciar a su protección gubernamental. Recordó que el primer ministro está en juicio bajo sospecha de corrupción.
Por su parte Yohanan Plesner, presidente del Instituto Israelí de Democracia, opina que impera una búsqueda interminable de estabilidad mientras Netanyahu permanezca al frente del Likud, partido de centroderecha fundado en 1973 por Menájem Beguín.
Yohanan Plesner, president of IDI, presents the 2018 Israeli Democracy Index to @PresidentRuvi pic.twitter.com/GMKLhTrP3F
— Israel Democracy Institute (@IDIisrael) December 3, 2018
Por insistir en su candidatura pese al juicio, se agudizó la discusión interna entre los likudniks.
Netanyahu atribuye al sistema judicial, las autoridades policiales y a los medios de comunicación que pretenden derribarlo mediante un juicio y no por la vía comicial.
La división política en Israel es tal que no permite lograr una mayoría cómoda en el Parlamento y conformar un gobierno estable.
Guidon Saar, ex ministro del propio Likud y ex colaborador directo de Netanyahu, se lanzó a la palestra como candidato a primer ministro, así como otros cinco miembros del Likud. Así se resquebrajó la frágil coalición de centro-derecha. En este panorama, Netanyahu se empeña en permanecer en el poder para enfrentar en mejor posición varios juicios por corrupción.
Fuente: El Tiempo