Fue la primera persona que apoyó a Elon Musk, cuando éste se empecinó en comprar la red social Twitter. El tiempo lo ha hecho cambiar de opinión, y hoy en día es uno de sus críticos más acérrimos. Hablamos de Jack Dorsey, cofundador de Twitter.
Mario Beroes/El Político
En un diálogo que Dorsey mantuvo en la nueva red social, Bluesky; creada por él en 2019, afirmó que "todo se fue a pique" con la compra de la plataforma de redes sociales por parte del magnate.
"Todo se fue a pique"
Ante la pregunta de un usuario sobre si creía que Elon Musk era la persona idicada para conducir los destinos de Twitter, Dorsey fue contundente: "No. Y tampoco creo que él actuase correctamente al darse cuenta de que era un mal momento para la venta. Ni creo que la dirección debió forzar la venta. Todo se fue a pique".
Hace solo un año, cuando la dirección de Twitter aceptó la compra de Musk, la cual tardaría seis meses en concretarse, tras numerosos vaivenes del millonario, el mismo Dorsey escribió un tuit en el que alababa la llegada de Musk porque contribuiría a "extender la luz de la conciencia."
Elon’s goal of creating a platform that is “maximally trusted and broadly inclusive” is the right one. This is also @paraga’s goal, and why I chose him. Thank you both for getting the company out of an impossible situation. This is the right path…I believe it with all my heart.
— jack (@jack) April 26, 2022
Su opinión parece haber virado radicalmente en estos doce meses. Porque es cierto que la llegada de Musk ha traído una gestión caótica, que se han traducido en la pérdida de anunciantes y de ingresos, el despido o la marcha voluntaria de tres cuartas partes de su personal y, en lo referente a los usuarios, la imposición de un abono de pago o Twitter Blue, que permite editar o borrar tuits y aparecer más arriba en el feed que ven los abonados, que ha resultado un fracaso.
No pasa una semana sin que Musk, que se ha negado a nombrar a un director o gestor y prefiere ser él quien dirige la red, anuncie un nuevo cambio: el último de ellos consiste en permitir a los medios, a partir de mayo, cobrar por los artículos que postean en Twitter, con una cantidad de la que la red se llevaría una parte.
Esperemos a ver si resulta, o hay que sumarla a la lista de fracasos en la red del pájaro azul.