Libre del coronavirus, que lo aquejó durante tres semanas, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reveló que se siente «débil» y que está con una infección pulmonar, sin dar más detalles.
El Político
La noticia preocupa porque Bolsonaro comenzó a hacer viajes por el país, en busca de recuperar su popularidad, y se sacaba la mascarilla cuando estaba en medio de sus correligionarios.
Por estar encerrado «me agarró un moho en el pulmón», declaró bromeando el mandatario sobre los 20 días de cuarentena que pasó en la residencia oficial de Alvorada, en Brasilia. Bolsonaro estuvo esta semana en el hospital de las Fuerzas Armadas, en la capital, donde realizó una serie de exámenes.
«Tuvo una infección leve en el pulmón, pero nada que no pueda curarse con un antibiótico», dijo un funcionario del Gobierno al portal UOL. Según la misma fuente, el presidente brasileño ya estaría mejorando. Los médicos de Bolsonaro no supieron informar si lo que sería, una neumonía, tiene relación con el coronavirus que tuvo este mes.
Pese a la necesidad de cuidados, Bolsonaro viajó el jueves a Piauí, en el caluroso norte de Brasil, y el viernes voló Bagé, en Río Grande del Sur, al otro extremo, donde el invierno está siendo muy duro. «Mañana será difícil porque la temperatura de Bagé está cero grados», afirmó el mandatario en un vídeo en vivo en internet, en el que tosió algunas veces.
Brasil sigue liderando las cifras de casos de coronavirus, pasando de los 90.000 muertos esta semana.
Conducta negacionista
En las primeras agendas externas que cumplió tras decir que se había curado, Bolsonaro aseguraba haberse sensibilizado en cuanto a los cuidados con las demás personas.
Al encontrarse con sus simpatizantes en la entrada del Palacio de la Alvorada, les pidió que se mantuviesen distantes de él. Afirmó que no saludaría a nadie tocándole las manos.Y siguió poniéndose la mascarilla.
Sin embargo, no tardó mucho en volver a su viejo estilo. Antes de viajar al noreste, siguió participando en reuniones con autoridades y personalidades en el Palacio del Planalto, sede del Ejecutivo, sin ningún equipo de protección individual.
La conducta negacionista del mandatario con relación al virus es objeto de críticas desde hace meses porque, aparte de a él mismo y a sus familiares, pone a menudo en riesgo de contagio a funcionarios, simpatizantes e incluso transeúntes.
Fuente: Elpais