En medio de la pandemia de coronavirus, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha propuesto construir una economía que dependa menos de un país, China, para que la nación pueda evitar mejor las interrupciones de la cadena de suministro.
El Político
La llamada provocó un acalorado debate en el mundo político chino.
En Zhongnanhai, el área en el centro de Beijing donde los líderes del Partido Comunista Chino y el gobierno estatal tienen sus oficinas, "ahora hay serias preocupaciones sobre las compañías extranjeras que se retiran de China", dijo una fuente económica china. "De lo que se ha hablado especialmente es de la cláusula del paquete económico de emergencia de Japón que alienta (y financia) el restablecimiento de las cadenas de suministro".
Si la pandemia no hubiera golpeado, la visita inaugural del presidente chino, Xi Jinping, a Japón ya habría concluido con Xi declarando con orgullo una "nueva era" de las relaciones chino-japonesas. Hubiera animado a Abe mientras Japón se preparaba para el próximo gran evento, los Juegos Olímpicos de 2020.
En cambio, tanto el viaje de Xi como los Juegos Olímpicos de Tokio se han pospuesto, y las relaciones chino-japonesas se encuentran en una encrucijada.
Las señales de la nueva política de Abe eran visibles ya el 5 de marzo.
Japón finalmente había podido dejar atrás el desastre del crucero Diamond Princess, pero todavía estaba nevado por el desafío de prevenir la propagación del virus.
En esa fecha, casualmente el mismo día en que se anunció el aplazamiento de la visita de Xi a Japón, el gobierno japonés celebró una reunión del Consejo de Inversiones para el Futuro. Abe, quien preside el consejo, dijo que quería que las bases de fabricación de productos de alto valor agregado regresaran a Japón.
En la mesa estuvieron influyentes líderes empresariales como Hiroaki Nakanishi, presidente de la Federación Empresarial de Japón, el mayor lobby empresarial del país mejor conocido como Keidanren.
"Debido al coronavirus, están llegando menos productos de China a Japón", dijo Abe. "La gente está preocupada por nuestras cadenas de suministro".
De los productos que dependen en gran medida de un solo país para la fabricación, "deberíamos tratar de reubicar artículos de alto valor agregado a Japón", dijo el líder. "Y para todo lo demás, deberíamos diversificarnos a países como los de la ASEAN".
Los comentarios de Abe fueron claros. Se produjeron cuando las interrupciones afectaron la adquisición de autopartes y otros productos para los cuales Japón depende de China, lo que afectó gravemente las actividades corporativas de Japón.
Y pidieron algo más que el concepto tradicional de "China más uno", en el que las empresas agregan una ubicación fuera de China para diversificar la producción.
Abe estaba formando una política de "alejarse de China".
Fuente: Conexaopolitica