Cinco personas fueron inculpadas por homicidio involuntario en el marco de la investigación sobre la contaminación del agua en la ciudad estadounidense de Flint, incluido un alto funcionario responsable de este escándalo sanitario.
Nick Lyon, jefe del departamento de Salud del estado de Michigan, donde está situada la ciudad que se ha convertido en un símbolo de injusticia social en Estados Unidos, fue acusado de no prevenir los riesgos que implicaba que el agua que se consumía estuviese contaminada con plomo.
Los otros cuatro funcionarios, actuales y exempleados del gobierno, que fueron objeto de acusación penal en este asunto, también fueron acusados por homicidio involuntario por el ministro de Justicia de Michigan, Bill Schuette.
El agua de esta ciudad ubicada cerca del Lago de Michigan, en el norte de Estados Unidos, se había contaminado hace tres años, cuando las autoridades locales decidieron cambiar la fuente de abastecimiento de agua de la ciudad del lago Hurón al río de Flint.
Pero el agua corrosiva de este río hizo que se desprendiera el plomo de las viejas tuberías, y el agua resultante no era apta para el consumo por sus altos niveles de plomo.
La contaminación, que en un principio fue desconocida por las autoridades locales y del estado de Michigan, envenenó a miles de niños y mató a 12 personas de enfermedades relacionadas con la bacteria legionela