El primer testigo del juicio a Genaro García Luna, Sergio Villarreal, alias El Grande, declaró que el ex exsecretario de Seguridad de México recibió sobornos del Cártel de Sinaloa.
El Político
Estas acusaciones salieron a florecer, este lunes, en la sala del tribunal de manera directa en boca del primer testigo en declarar por parte de la Fiscalía: Sergio Villarreal Barragán, alias el Grande.
El narcotraficante, que se unió al crimen organizado tras años como policía y que ahora cumple pena de prisión en EE.UU., aseguró que vio en varias ocasiones a García Luna para pagarle sobornos de parte del cartel de Sinaloa que podrían haber ascendido, en algunos meses, a hasta US$1,5 millones.
El Grande comentó que en una ocasión Arturo Beltrán Leyva, El Barbas le regaló una motocicleta Harley Davidson edición especial, reportó Infobae.
Dicho vehículo apareció en por lo menos dos declaraciones patrimoniales de García Luna, sin embargo dejó de aparecer a partir del año 2004, por lo que no se sabe qué pasó con la moto.
¿Por qué es importante?
El Grande testificó ante el jurado que "con la ayuda del gobierno [mexicano], el cartel creció en términos de territorio".
Pero fue también muy específico sobre cómo, supuestamente, García Luna apoyó al grupo que entonces dirigía el Chapo. "Era de gran ayuda porque pudimos crecer y minimizar a nuestros rivales".
Según recoge la BBC, el testigo declaró que el encargado de los pagos a García Luna (a quien otros líderes del cartel se referían como el Compa o el Tartamudo) era Arturo Beltrán, socio del cartel de Sinaloa y posteriormente líder del cartel de los Beltrán Leyva.
El Grande dijo haber estado presente en una veintena de esas transacciones económicas que, según sus palabras, "crecieron conforme creció el cartel y sin ese apoyo hubiese sido prácticamente imposible".
El narcotraficante dijo que cuando comenzó a trabajar para el clan de los Leyva en 2001 -García Luna era entonces director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI)- el funcionario ya estaba en la nómina del cartel y se le siguió pagando hasta la muerte de Arturo Beltrán Leyva ocho años después.
Según sus palabras, los pagos a García Luna entre los años 2001 y 2004 ascendían a entre US$1 y 1,5 millones mensuales por su apoyo.
A cambio, supuestamente la AFI se aseguraba de que tenían ruta libre para que el cartel transportara sus cargamentos.
Los delincuentes recibieron camionetas, uniformes y credenciales que los identificaban como agentes de la AFI y que les permitían camuflarse y portar armas, siempre de acuerdo al testimonio del Grande.
El Grande señaló también que, durante los años siguientes, el acusado les proporcionaba información sobre operativos de seguridad, investigaciones en contra de miembros del cártel y datos que les pudieran ser útiles para atacar a grupos enemigos.
Asimismo, según su testimonio, García Luna facilitaba el nombramiento y el cese de agentes en cualquier parte de México a petición de los narcotraficantes.
"Nos ayudaba a deshacernos de comandantes y jefes de la policía en cada plaza", afirmó.
Entre líneas
Durante el juicio a García Luna se le pudo ver con con un traje negro y Linda Cristina Pereyra, estaba en la audiencia, el ex secretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón le ofreció algunos gestos a su pareja.
García Luna le dedicó un beso desde lo lejos, realizó un gesto de abrazo y con sus labios articuló un “te amo”.
Los cómplices. Tras narrar parte de su propia carrera criminal, Villarreal Barragán habló de la organización criminal a la que pertenecía, el nombre de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera salió a la luz, al igual que el de Ismael “El Mayo” Zambada, ambos líderes del Cártel de Sinaloa.
Esos líderes y otros del cártel armaban una “polla” o recolecta para juntar la mensualidad para García Luna y sus secuaces, indicó “El Grande”.
“Ponían la maleta, la abrían, enseñaban [el dinero] y la cerraban”, dijo Villarreal Barragán sobre cómo se entregaban los dólares en fajos de $100 cada mes, en una casa de seguridad, la mayoría de las veces frente un centro comercial conocido como Perisur, en la Ciudad de México, cerca del lujoso barrio Jardines de la Montaña.
La foto de Luis Cárdenas Palomino fue agregada apenas debajo de García Luna. Él fue director general de Investigación Policial de la AFI, una posición clave en el gobierno.
“Luis iba a la casa”, dijo Villarreal Barragán, en referencia a Cárdenas Palomino y a la casa de seguridad donde se reunía Arturo Beltrán Leyva con líderes policiacos federales para pagarles su soborno mensual y afinar acciones posteriores.
Hay otros personajes cuya relevancia irá aumentando como avanza el juicio, como el caso del comandante “Domingo”, a quien finalmente García Luna dejó a la deriva tras la detención de unos miembros de Los Zetas.
“Que se coma la bronca”, habría dicho García Luna a Beltrán Leyva cuando hablaban despreocupadamente de ese comandante otrora socio criminal.
En contexto
En diciembre del 2019, García Luna fue detenido en Dallas, Texas y posteriormente estuvo en una audiencia en la Corte Federal de dicha entidad. Genaro García se presentó con un uniforme de color naranja y en aquella ocasión también estaba su esposa.
Por su parte el fiscal federal asistente, Philip Pilmar, mencionó que García Luna era el encargado de luchar contra el Cártel de Sinaloa pero que terminó “traicionando a ambos países”, México y Estados Unidos.
La defensa de García Luna presentó fotografías del acusado con el ex presidente Barack Obama así como con Hillary Clinton y Eric Holder, ex fiscal de los EEUU. Además el abogado preguntó si ese es el hombre que “quieren criminalizar”.
César de Castro aseguró que los fiscales no cuentan con pruebas sólidas de los presuntos nexos de García Luna con grupos del narcotráfico. No hay fotografías, llamadas o chats que comprueben las acusaciones, recalcó.
¿Quién es El Grande?
Villarreal Barragán fue detenido en 2010 y extraditado dos años después a EE.UU. -cuando García Luna aún era secretario de Seguridad-, donde se declaró culpable de narcotráfico y donde cumple una condena rebajada.
El testigo, quien recibe este apodo debido a sus dos metros de altura, hizo durante su declaración de este lunes un repaso a su trayectoria en el crimen organizado.
Trabajó como policía, pero acabó coludido con el cartel de Juárez y trabajó a las órdenes de Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los Cielos.
“El Grande” estuvo operando en el crimen organizado desde 2001 hasta 2010, cuando fue detenido, por lo que conoce el modus operandi de García Luna en dos periodos presidenciales distintos en México.
Agregó que el exfuncionario recibía mensualmente entre $1 y $1.5 millones de dólares mensuales, pero en una ocasión obtuvo entre $14 y $15 millones de dólares de Arturo Beltrán Leyva tras el decomiso de dos toneladas de cocaína en una ruta entre Morelos y la Ciudad de México.
García Luna se llevó los fajos de billetes de $100 dólares en cajas de papelería, pero tuvo que pedir una camioneta prestada, porque las que llevaba con su gente fueron insuficientes para transportar el dinero, afirma “El Grande”, quien es el primer cooperante de los fiscales.
¿Qué se puede esperar?
Al cuestionar al primer testigo cooperante, Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, la fiscal mencionó a varios expolicías, conocidos como los “superpolicías” posteriormente en México, debido a su trabajo en la guerra contra el narco, liderada por García Luna.
La primera fotografía en aparecer en una pizarra fue la de García Luna; se trata de la prueba de cargo “1” con la cual la fiscal cuestionó a “El Grande” si lo conocía.
“Sí, lo vi en varias reuniones”, dijo Villarreal Barragán, quien hace honor a su apodo, pues mide más de dos metros de altura.
A partir de ahí, entre cuestionamientos sobre sobornos recibidos por el exdirector de la AFI y luego secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón, la fiscal comenzó a construir el entramado gubernamental que prácticamente formaba parte del Cártel de Sinaloa, inicialmente de la fracción de la Organización de los Beltrán Leyva.
En el juicio, que se espera se alargue hasta ocho semanas, se acusa a García Luna de tres cargos por conspiración de narcotráfico, uno por pertenencia a organización criminal y otro por realizar declaraciones falsas a las autoridades de EE.UU.
García Luna, quien es el exfuncionario mexicano de más alto rango en ser juzgado en EE.UU., podría recibir una pena de entre 10 años y cadena perpetua.