El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes 19 de mayo que Ucrania y Rusia comenzarán de inmediato negociaciones para alcanzar un alto el fuego y, lo que es aún más crucial, para poner fin a la guerra que enfrentan desde 2022. Trump informó que sostuvo una conversación telefónica de dos horas con el presidente ruso, Vladímir Putin, y previamente habló con el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, para coordinar este proceso.
Trump calificó el diálogo con Putin como “muy positivo” y destacó que “el tono y el espíritu de la conversación fueron excelentes”. Subrayó que las condiciones para el alto el fuego y la paz serán discutidas directamente entre Kiev y Moscú, ya que son las únicas partes que conocen los detalles de la negociación que nadie más podría saber. Además, informó que compartió esta información con varios líderes europeos, incluyendo a Ursula von der Leyen (Comisión Europea), Emmanuel Macron (Francia), Giorgia Meloni (Italia), Friedrich Merz (Alemania) y Alexander Stubb (Finlandia).
Por su parte, Putin describió la conversación como “útil, instructiva y muy sincera” y manifestó la disposición de Rusia a colaborar con Ucrania en la elaboración de un memorándum para un posible acuerdo de paz. Sin embargo, puntualizó que aún deben definirse aspectos clave como los principios para la resolución del conflicto, los plazos para la firma del acuerdo y la posibilidad de un alto el fuego temporal si se alcanzan los acuerdos necesarios.
Trump también mencionó que el Vaticano ha expresado interés en acoger las negociaciones de paz, lo que podría facilitar un espacio neutral para el diálogo.
Pese al optimismo expresado, analistas y fuentes diplomáticas señalan que persisten numerosas dificultades, ya que las posiciones de ambas partes siguen siendo distantes en temas fundamentales como el estatus de los territorios ocupados y las garantías de seguridad. Además, la reticencia de Rusia a aceptar un alto el fuego inmediato refleja temores sobre la evolución futura del conflicto.
La iniciativa impulsada por Trump para abrir negociaciones directas entre Kiev y Moscú representa un avance diplomático significativo tras meses de estancamiento. No obstante, el éxito de estas conversaciones dependerá de la voluntad política y la capacidad de ambas partes para alcanzar compromisos sustanciales que permitan el cese definitivo de las hostilidades.