Kim Jong-un ha afirmado que las conversaciones diplomáticas pasadas con Estados Unidos solo han servido para confirmar la hostilidad de Washington hacia Corea del Norte.
En un discurso reciente durante una feria de defensa en Pyongyang, el líder norcoreano declaró que, a pesar de los esfuerzos realizados en negociaciones anteriores, la postura de EE.UU. sigue siendo agresiva e inmutable, lo que impide cualquier posibilidad de coexistencia pacífica.
Durante su primer mandato, el presidente electo de Estados Unidos se reunió tres veces con Kim, aunque estos contactos no sirvieron para avanzar en la desnuclearización de Corea del Norte.
Kim subrayó que "ya hemos hecho todo lo posible en las negociaciones con Estados Unidos", pero que lo único evidente es la política hostil de la superpotencia.
Además, advirtió sobre el peligro de un conflicto potencialmente devastador en la península coreana, sugiriendo que la situación actual podría escalar hacia una "guerra termonuclear más destructiva" debido a las tensiones avivadas por EE.UU.
Este discurso se produce en un contexto de creciente preocupación internacional por la cooperación militar entre Corea del Norte y Rusia, así como tras la reelección de Donald Trump, quien tuvo varias reuniones con Kim entre 2018 y 2019, aunque sin resultados concretos en cuanto a la desnuclearización.