En la frontera de Tecún Umán miles de migrantes de centroamerica intentan ingresar a México. Se reúnen en frontera sur mexicana donde han encontrado fuertes dispositivos de seguridad y un caos para poder realizar sus trámites migratorios.
El Político
Cientos de familias hondureñas, guatemaltecas, salvadoreñas, costarricenses que buscan una vía para escapar de la pobreza que acongojan a sus países. Por otro lado, la narcoguerrilla colombiana obliga a miles de indígenas y campesinos a abandonar sus tierras y el gobierno de Maduro caracterizado por una incontrolable hiperinflación ha sacado a cuatro millonas de personas del que fue un país petrolero.
A las casi mil personas que ya ingresaron a México y otras tres mil que esperan ingresar a territorio nacional, el gobierno mexicano les ha dicho que, si quieren trabajo, se los darán en el marco de los programas “Sembrando Vida” y “Jóvenes Construyendo el Futuro”, pero sólo en sus respectivos países de origen.
La ley permite a los migrantes centroamericanos transitar por los diferentes países de la región, con tan solo portar el documento de identidad. Sin pasaporte ni, por supuesto, la necesidad de una visa. Pero en la frontera mexicana las condiciones son cada vez más estrictas y el país gobernado por Andrés Manuel López Obrador se ha convertido desde mediados de 2019 en una especie de “tapón” para migrantes centroamericanos que sueñan con llegar a la Unión Americana.
En un albergue improvisado con carpas cerca del río Suchiate, frontera natural entre Guatemala y México se aferran a la esperanza. Muchos de ellos ya han sido deportados antes pero vuelven a intentar conectarse con el “sueño americana”: Una pareja, una casa, un trabajo dos hijos y un perro.
Lo viajantes esperan a grupos rezagados para tratar de cruzar masivamente el puente fronterizo internacional Rodolfo Robles, confiando en que las autoridades mexicanas les permitan el paso.
Centenares de migrantes centroamericanos fueron detenidos por las autoridades mexicanas en la frontera con Guatemala, la primera escala dentro de un largo camino que intentan recorrer hacia Estados Unidos para huir de la pobreza y la violencia en sus países.
El ministro de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, denunció que alrededor de mil migrantes intentaron cruzar “a la fuerza” el río Suchiate, en la frontera con Guatemala, y tras haberlos detenido, dijo que quienes intenten ingresar ilegalmente al país enfrentarán las mismas consecuencias.
De acuerdo con las autoridades guatemaltecas, esta semana ingresaron al país 4 mil 006 hondureños, aunque 400 solicitaron retornar a su país. Las autoridades mexicanas no han informado sobre el destino de los migrantes que ingresaron el sábado a México.
El Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos del Sureste Mexicano afirmó que incluso personal del consulado de El Salvador no supo a dónde eran trasladados los migrantes.
Hasta la noche del sábado, unos 800 migrantes que llegaron en la caravana habían ingresado a México y aceptado regularizar su situación para buscar empleo en ese país, informó un funcionario del Instituto Nacional de Migración (INM). A esas personas, incluidas niñas y niños, se les tomó su nombre y luego fueron subidos a autobuses privados que dispuso el INM.
“Lo que sabemos extraoficialmente es que los llevaron a estaciones migratorias, pero a Tuxtla, el lugar de detención llamado La Mosca, que se habilitó el año pasado”, indicó Claudia León, coordinadora de la oficina del Servicio Jesuita a Refugiados México en Tapachula.
Agregó que el personal diplomático de El Salvador dijo que acudió al lugar porque las autoridades mexicanas les habían adelantado que ofrecerían a los extranjeros tarjetas por razones humanitarias o de trabajadores transfronterizos. “Hasta el momento, no hay información oficial. Es preocupante porque la detención es antesala de la deportación, no sabemos si en realidad va a pasar esto de las tarjetas”, agregó.
Se estima que unos 1,500 centroamericanos están apostados entre la frontera de México y Guatemala. Edgar, un hondureño que recientemente fue deportado de Estados Unidos, donde le rechazaron su petición de asilo, aseguró que seguirá huyendo de su país. “Yo no vuelvo a Honduras. Si 20 veces me deportan de México o de Estados Unidos, las 20 veces me vuelvo a venir”, expresó. Mientras, Denisse Contreras, quien ha participado en siete caravanas, dijo que hay un sentimiento de desesperación.
“Los migrantes que eligen continuar están arriesgando sus vidas en un esfuerzo destinado a fracasar”, advierte Luis Arreaga, embajador de Estados Unidos en Guatemala.
La tragedia de los haitianos
Pero no son sólo los centroamericanos quienes huyen del entorno sin futuro. República Dominicana mantiene cercos legales muy fuertes para evitar la invasión de haitianos que buscan un mejor modo de vida. Mientras los dominicanos mejoran los haitianos empeoran ante la indiferencia mundial.
Con una economía colapsada, fallas en los servicios esenciales, el salario mínimo en perenne caída, y la inflación cada vez mayor unida a las denuncias de. A esto la malversación de los fondos de ayuda de Petrocaribe, y también que el gobierno resolviese un aumento de los combustibles por receta del FMI, los haitianos no logran encontrar una ruta hacia el desarrollo
El pueblo se levantó, y la rebelión masiva dura ya casi un año, pero no se ven resultados. De la ayuda humanitaria internacional por el terremoto hace diez años, casi nada llegó realmente al pueblo haitiano.
Según datos publicados, se construyeron menos de 1000 viviendas a un costo diez veces mayor que el proyectado, y sigue habiendo 30 mil campamentos y construcciones precarias.
A esta situación se añade el caso venezolano, se calcula que han emigrado cuatro millones en diez años, la cifra varía, pero las fronteras están llenas de gente desesperada, y los consulados lucen abarrotados de jóvenes pidiendo visas para ir a cualquier parte.
A esta situación se añade el caso venezolano, se calcula que han emigrado cuatro millones en diez años, la cifra varía, pero las fronteras están llenas de gente desesperada, y los consulados lucen abarrotados de jóvenes pidiendo visas para ir a cualquier parte.
La represión, el abuso sexual, los maltratos, la xenofobia y las deportaciones son parte de las humillaciones que sufren los migrantes de todas las edades, unidas al hambre y la desesperación.
Mientras latinoamérica no mejore sus indicadores económicos continuarán las migraciones. Los países m{as prósperos hacen cada vez m{as difícil la entrada de personas, Trump ganó las pasadas elecciones anunciando un muro para detener a las personas, pero como dice el recién presidente electo en Guatemala, Alejandro Gianmattei, "los únicos muros que funcionan son los de la prosperidad,
Con información de france presse, el país.