La conmemoración de los 75 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz reunió a los líderes mundiales. La presencia en Jerusalén de dignatarios de toda la tierra: reyes, presidentes y destacadísimas figuras, es un reconocimiento al pueblo símbolo de lo que en él se conmemora, pero al mismo tiempo tiene el significado de que el hombre, cualquiera sea su procedencia geográfica, posición política, filosófica o religiosa, está adquiriendo conciencia que no debe permitirse que el odio o la discriminación imperen sobre el planeta.
El Político
El campo de concentración de Auschwitz, situado en Oswiecin, a 43 kilómetros de Cracovia, Polonia, fue el invento final de la maldad nazi, para lo que llamaron “la solución final” o exterminio de los judíos.
Pero la insania nazi no conocía límites, y al concluir que deberían exterminarse a todos los judíos, Auschwitz adquirió, y eso pasó en 1942, en el laboratorio para la muerte, con hornos crematorios, fosas comunes donde los cuerpos eran arrojados como basura, hasta que apareció el monstruo Joseph Mengele, un médico que comenzó a investigar en aquellos seres, ya suficientemente desgastados por las torturas, métodos para matarlos en forma más rápida mediante métodos “científicos”.
Liberada el 27 de enero de 1945
Sería en la postrimería de la Segunda Guerra Mundial, concretamente el 27 de enero de 1945, cuando las tropas soviéticas localizaron ese centro de miseria, del cual habían huido los carceleros, que dejaban detrás un saldo de un millón de muertos.
El discurso del Rey de España
El Rey de España advirtió en Jerusalén de que «la barbarie puede crecer cuando menos se espera», y ha afirmado que «los pueblos no pueden mostrar una mayor temeridad que cuando piensan que están por encima de los demás, cuando se sienten con derecho a discriminar, a tolerar la intolerancia o a promover el resentimiento contra los demás, ya sea con fines políticos, por extremismo religioso o por odio racial».
Don Felipe lanzó esta advertencia ante los más de cuarenta mandatarios de todo el mundo que se han desplazado a Jerusalén para asistir hoy jueves, al Foro Mundial del Holocausto, un encuentro al máximo nivel, sin precedentes históricos, que conmemorará los 75 años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz y servirá de escenario para nuevas advertencias al mundo.
El Jefe del Estado español fue el único mandatario extranjero que ha intervenido en la cena que ha ofrecido el presidente de Israel, Reuven Riblin, a los líderes invitados al Foro del Holocausto, y el Rey habló en nombre de todos ellos.
Ha sido una deferencia más del Estado de Israel con Don Felipe, que también tiene el título honorífico de Rey de Jerusalén y mantiene unas relaciones excelentes con Israel incluso desde antes de su proclamación. Don Felipe llegó por la tarde a Jerusalén y, antes de la cena, se reunió con el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Isaac Querub.
El mundo no olvida y se compromete a estar alerta
«Setenta y cinco años después, el mundo no olvida, el mundo todavía recuerda y se compromete a estar alerta», afirmó durante la cena el Rey, que pronunció las palabras en inglés y las terminó con un «nunca más» en hebreo: «Leolám lo od».
A la cena no asistieron todos los líderes que han confirmado su asistencia al foro de este jueves, pero sí la mayoría de ellos. Asistieron los presidentes de Francia, Emmanuelle Macron; de Italia, Sergio Mattarella; de Alemania, Frank-Walter Steinmeier; de Argentina, Alberto Fernández –que coincidía por primera vez con el Rey de España–; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; la portavoz de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi; los Reyes Felipe de Bélgica y Guillermo Alejandro de los Países Bajos, el Gran Duque de Luxemburgo y el Príncipe Haakon de Noruega, entre otros.
No olvidar, no perdonar
De lo que se trata es de no olvidar, y también de no perdonar; y ello no por venganza, sino para impedir que pueda repetirse.
Ello da la Cumbre de Jerusalén, y a la cita en el propio Auschwitz, importancia de trascendencia histórica.