Es miércoles, son las 15.50 en Montevideo y en Twitter todavía no se sabe de Donald Trump. Es extraño, dada la compulsión del futuro candidato a las elecciones nacionales por el partido republicano a las cataratas de tuits con diversos objetivos: retuitear elogios de sus seguidores, castigar a los medios que cubren su campaña o atacar su ya confirmada rival directa, Hillary Clinton.
Pero a estas horas, Trump está dando un discurso sobre trabajo en Estados Unidos. En ese momento, Hillary Clinton avisa del asunto mientras envía desde su cuenta de Twitter una foto de una polo con la marca de Trump y una flecha que señala el lugar donde fue fabricada: Bangladesh.
Mientras tanto, Bernie Sanders tuitea desde su cuenta: "Una nación más grande no la hacen más millonarios, sino la forma en la que tratamos a los más vulnerables entre nosotros".
Si bien esto es una fotografía instantánea de un momento del día en redes, de algún modo se pueden advertir perfiles que se mantienen, otros que van reconduciéndose y alguno que se preparan para otras etapas de la contienda electoral. No importa cómo: todo se televisa en redes sociales, esas a través de las cuales la campaña electoral se transmite pero también se resignifica.
A través de su extensa llegada, las redes sociales permiten establecer lecturas sobre la contienda electoral que solo pueden generarse tras mirar lo que pasa allí. Ha sido plataforma de campaña y de reclutamiento, espacio inmediato para confrontar ideas y animar a la masa de votantes, y tribuna de discusión en vivo y las 24 horas.
El peso de las redes sociales es manifiesto desde 2008, cuando Barack Obama se convirtió en el primer presidente identificado con ese fenómeno. El día de su discurso inaugural, la Casa Blanca transmitió en vivo su oratoria y Facebook -empresa cercana al presidente, que también comenzaba su despegue apoteósico- ofrecía un listado de posteos en vivo de miles de usuarios que saludaban su llegada al gobierno.
Pero esto va mucho más allá de la simple asociación de marcas: un estudio de 2012 comprobó cómo Facebook influenció a cerca de 340.000 personas para acercarse a votar al momento de la elección mediante diferentes herramientas utilizadas por la plataforma de redes sociales más importante del mundo. Esto dio un respaldo empírico al fenómeno del "activismo social", y solo queda esperar qué tanto aportarán en la contienda de noviembre, cuatro años después y con muchos más medios y plataformas al alcance de la mano.
No hay cifra que no sea contundente: según datos de Ipsos Mori en Estados Unidos, las redes sociales tienen además el potencial de generar un impacto en una de las franjas etáreas más perseguidas: la que va desde los 18 a los 24 años. El 34% de este grupo indicó que leer algo en redes sociales puede influenciar su voto y solo los debates televisivos tienen para ellos más importancia. Esto explica el aumento de la inversión en medios digitales y, en concreto, en redes sociales para este año: se calculan mil millones de inversión global, con la mitad de esa suma destinada a redes sociales, lo que representa un aumento del 5000%. Además, 41% de la gente de entre 15 y 25 años declaró haber participado al menos una vez en algún tipo de discusión política o actividad relativa a eso en internet, desde compartir un video de uno de los candidatos, retuitearlos o responder sus mensajes en alguna de las plataformas. Esos individuos, señaló el estudio, están más cerca de votar que quienes no son activos en las redes sociales.
Con Información de: El Observador