La Corte Suprema de Estados Unidos ha rechazado reinstaurar la polémica ley de inmigración de Florida que criminalizaba la entrada al estado de personas sin estatus migratorio legal.
Esta decisión mantiene el bloqueo a la ley, conocida como SB 4-C, que fue impulsada por el gobernador Ron DeSantis y buscaba permitir que la policía estatal arrestara y encarcelara a inmigrantes indocumentados que ingresaran a Florida desde otros estados.
La Corte Suprema, en una orden breve y sin explicaciones, desestimó la petición del fiscal general de Florida, James Uthmeier, quien pretendía revocar la suspensión previa dictada por una jueza federal de distrito.
La jueza Kathleen M. Williams había frenado la aplicación de la ley en abril, argumentando que probablemente era inconstitucional y que invadía competencias federales exclusivas en materia migratoria.
La ley de Florida es similar a una norma de Texas que también ha sido bloqueada por la justicia federal. Organizaciones de derechos humanos y defensores de inmigrantes celebraron la decisión del Supremo, subrayando que la política migratoria es competencia exclusiva del gobierno federal y no de los estados.
Por ahora, la ley permanecerá suspendida mientras continúan los litigios sobre su constitucionalidad en los tribunales inferiores.